El palacio episcopal de Astorga había sufrió un
incendio que lo destruyó totalmente. El obispo, Joan Baptista Grau i
Vallespinós, de Reus, decidió encargar la construcción del nuevo palacio
episcopal a su amigo Gaudí, también de Reus. Cuando recibió el encargo
del palacio estaba ocupado en proyectos varios: el Palacio Güell, los
Pabellones Güell, el Colegio de las Teresianas y la Sagrada Familia.
Como no podía desplazarse a Astorga y para no retrasar el proyecto le
pidió al obispo que le enviase fotografías, dibujos y demás información
del lugar, que le permitiesen comenzar a proyectar el palacio de manera
que armonizase con las edificaciones de su entorno. Estudiado todo el
material recibido, Gaudí preparó los planos del proyecto y los envió a
Astorga. Grau se sintió satisfecho e inició los trámites para obtener
los permisos administrativos. En 1893, al morir el obispo Grau, Gaudí
dimitió por desavenencias con el Cabildo. Las obras estuvieron paradas
durante varios años. Fue terminado entre 1907 y 1915 por el arquitecto
Ricardo García Guereta. En 1956, el obispo Julià Castelltort inició la
restauración para convertir el edificio en residencia del obispo,
función inicial que nunca llegó a consumarse; fallecido al poco tiempo,
el nuevo obispo, Marcelo González Martín, renunció finalmente a la
función episcopal y promovió la conversión a lo que es actualmente el
palacio, el Museo de los Caminos, dedicado al Camino de Santiago. |