José María Bocabella i Verdaguer / Francisco de Paula del Villar |
José María Bocabella i Verdaguer, nacido en 1815, propietario de una imprenta y librería religiosa, viaja en 1861 a Roma donde adquiere gran devoción por san José. Al volver, se decida a fomentar los valores de la familia cristiana. Animado por José Manyanet, sacerdote canonizado en 2004 y fundador de dos congregaciones religiosas dedicadas a fomentar el culto a la Sagrada Familia y a la educación cristiana de niños y jóvenes, se le ocurrió construir un templo dedicado a la Sagrada Familia. Retrato de José María Bocabella, obra de A. Clapès. |
Para levantar el templo compró un terreno en el ensanche de Barcelona y encargó el proyecto a Francisco de Paula del Villar. Este no quiso hacer una réplica del Santuario que se encuentra en Loreto (Italia) como le sugirió José María Bocabella, y pensó en un edificio neogótico. (En la imagen superior, proyecto neogótico de Francisco de Paula Villar que no se llegó a realizar; era una iglesia de tres naves, con los elementos propios del gótico: ventanales alveolados, estribos exteriores y un alto campanario en forma de aguja). |
La cripta |
La primera piedra se colocó el 19 de marzo de 1882, fiesta de san José. Allí estuvo presente Gaudí, sin imaginar lo que le pasaría poco después. Las obras comenzaron el 25 de agosto de 1883. Ese mismo año Villar renunció a seguir por desavenencias con Joan Martorell, arquitecto asesor de Bocabella. Se ofreció el proyecto al propio Martorell que no lo aceptó; pero el mismo Martorell propuso a Antonio Gaudí, de 31 años, que ya que había trabajado como ayudante de Villar en varios proyectos. Al hacerse cargo Gaudí del proyecto lo modificó por entero -salvo la parte ya construida de la cripta-. En la imagen, la cripta en 1883. |
Gaudí acepta el proyecto en 1883 y construye la cripta, que termina en 1891. Mientras inicia las obras del ábside y del claustro, los trabajos siguen a buen ritmo gracias a los donativos recibidos. Pero cuando se recibe un importante donativo anónimo, Gaudí plantea hacer una obra distinta y mayor: desestima el antiguo proyecto neogótico y propone otro nuevo, más monumental e innovador, tanto en lo que se refiere a las formas y las estructuras como a la construcción. (En la imagen superior, la cripta en 1885; abajo, ya terminada). |
Gaudí transformó en la cripta los pilares ideados por Villar y modificó los capiteles corintios por otros con motivos naturalistas; también elevó la bóveda y rodeó la cripta de un foso para tener iluminación y ventilación directas. En la cripta hay siete capillas dedicadas a la Sagrada Familia de Jesús: San José, el Sagrado Corazón, la Inmaculada Concepción, San Joaquín, Santa Ana, San Juan y la capilla de Santa Isabel y San Zacarías. |
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El templo siempre ha sido expiatorio; es decir, desde sus inicios se construye a partir de donativos. Desde 1895 la gestión del proyecto corrió a cargo de la Junta Constructora del Templo Expiatorio de la Sagrada Familia, una fundación eclesiástica creada para promover la construcción del templo a través de donativos e iniciativas públicas y privadas. Esta cripta de la Sagrada Familia, junto con el taller de construcción, sufrió importantes destrozos el 21 de julio de 1936 en un incendio provocado durante la quema de iglesias de Barcelona en la Guerra Civil por parte de revolucionarios anticlericales. Este atentado destruyó y dañó para siempre algunas de las maquetas, planos y documentos del proyecto original de Gaudí, y es por ello que su continuación a día de hoy no es enteramente el proyecto original del arquitecto. |