Este cuadro realizado en los últimos años de la vida de Gaugin viene a ser una meditación profunda sobre el sentido de la existencia humana, o más bien, sobre la búsqueda del sentido de su existencia. Está lleno de símbolos, ideas, sensaciones. En él se representa el nacimiento, la vida y la muerte. El ciclo vital del hombre, que está lleno de cosas buenas y malas. La obra fue realizada tras una serie de problemas serios que afectaron a la persona del pintor tan fuertemente que pensó incluso en suicidarse. El propio pintor nos ha dejado una descripción del cuadro que se puede leer en la imagen inferior. |
Para que la
interpretación del cuadro fuese más sencilla, en el extremo superior
Gauguin incluyó el tema del cuadro como título: D´ou venons nous?
Que sommes nous? Oú allons nous? Él mismo escribió: "Las dos
esquinas superiores son de un amarillo metálico con la inscripción a la
izquierda (17) y mi firma a la derecha, (18) como un fresco con los
bordes estropeados puesto sobre una pared. (...). Creo que está bien". Y seguimos leyendo la descripción que hizo en una carta enviada en 1901 a su amigo Charles Morice: "sobre una tela de saco llena de nudos y rugosidades; de ahí que su aspecto sea tremendamente zafio (...). En la parte inferior derecha, un bebé dormido (15)y tres mujeres en cuclillas (14). Dos figuras vestidas se comunican sus pensamientos (13); una figura enorme intencionadamente y a pesar de la perspectiva, también en cuclillas, (12) levanta el brazo y mira extrañada, a los dos personajes que osan pensar en su destino. Una figura central coge una fruta. (11) Un par de gatos (9) junto a un niño. (8) Una cabra blanca. (7) El ídolo, (4) con ambos brazos alzados misteriosa y rítmicamente parece indicar el más allá. Otra figura reclinada parece escuchar al ídolo (2); finalmente una vieja, (1) próxima a la muerte, parece aceptar y resignarse a lo que piensa; a sus pies, un extraño pájaro blanco, (3) sujetando con su pata a un lagarto, representa la inutilidad de las palabras vanas. Todo transcurre junto a un riachuelo, a la sombra de los árboles. A pesar de los cambios de tonalidad, el paisaje es constantemente azul y verde Veronés. Sobre él, todas las figuras desnudas destacan por su intenso color naranja". Los números que faltan son: un perro (16), un pájaro exótico (10), una mujer, como figura misteriosa ajena a lo que ocurre (6). |