Esta pintura nació junto con otra que representa la "Silla de Gauguin" durante su estancia en Arlés, cuando la idea del "estudio del sur" parecía realizable. Van Gogh, en vez de representar a su amigo, optó por mostrar su sitio vacío, e hizo otro tanto consigo mismo. Para su silla Vincent escogió un colorido luminoso y delicado, centrado en tres tonos, el anaranjado de las baldosas del pavimento, el amarillo de la silla y el turquesa de las paredes. La silla, colocada en diagonal, se ve en primer plano, como si fuese un retrato a todos los efectos. El artista es sustituido por dos objetos: la inseparable pipa con el tabaco y en una cesta que está en el suelo varios girasoles, debajo de ellos resalta la firma del pintor, que se compone sólo del nombre de pila.El cuadro, lleno de la presencia de su autor, trasmite una impresión de gran serenidad. Vincent atravesaba una época de relativa alegría, nada hacía presagiar el trágico epílogo de la oreja cortada, que determinaría el hundimiento de sus sueños de una vida artística compartida.