El edificio de la Bauhaus de Dessau,
considerada como la obra maestra del racionalismo europeo, tiene una
configuración relacionada con las condiciones de la zona donde se ubica:
limita con una calle, atraviesa otra perpendicular a la primera y dos de
sus alas contornean un cercano campo deportivo, y se abre al ritmo de la
vida urbana con sus grandes fachadas de luminosas cristaleras.
"Al nivel de terreno se encuentran dos cuerpos distintos;
el primero, de planta rectangular, contenía cierto número de aulas y de
pequeños laboratorios; el segundo, con planta en forma de L, tenía en una
de las alas los laboratorios y en la otra el auditorio, el escenario, el
comedor y la cocina. En la parte superior existía un cuerpo de dos pisos
de altura, elevado del suelo, que contenía las oficinas de la escuela y
los estudios de los profesores. Este bloque salvaba la calle transversal
relacionando los dos volúmenes antes citados, de tres pisos de altura, que
tenían en cada piso uno aulas y el otro laboratorios. Por tanto, a partir
del segundo piso el edificio adquiría una planimetría en forma de G de
altura constante, a excepción del bloque que albergaba los locales
colectivos (comedor y auditorio) que, conservando una sola altura,
representaba la ligazón entre el volumen descrito y el edificio de cinco
pisos destinado a la residencia de los alumnos." (De Fusco, R.)
Se percibe fácilmente la influencia del neoplasticismo en
todo el edificio, aunque la descomposición del volumen en planos no es un
fin en sí mismo sino la manera de destacar algunas partes de la obra, de
articular la masa volumétrica en un ritmo que combina la diferente altura
de los diversos cuerpos (la altura y volumen de las aulas y laboratorios,
el vacío de la plana baja que los relaciona, el edificio de cinco pisos al
lado de la parte más baja del edificio). La diversa modulación de los
volúmenes confiere más dinamicidad al conjunto: el edificio más alto es
también el volumen más macizo, interrumpido sólo por balcones en voladizo
y ventanas; los bloques de la "pasarela" y la escuela tienen una
equivalencia de macizos y vacíos, y las superficies del cuerpo más bajo
tienen sólo una serie de ventanas verticales abiertas en un paño liso
uniforme; los laboratorios, en cambio, presentan la máxima preponderancia
de los huecos sobre los macizos. Elemento típico es, también, la tipología
de esquinas vacías y transparentes (el cerramiento de vidrio pasa por
delante del borde del forjado, quedando los pilares remetidos y dando
lugar a un voladizo que permite eliminar el machón de la esquina).
"La composición se modula sobre unas líneas paralelas y
sus perpendiculares: dada la constancia de la relación, una rotación
completa hace pasar los valores de lo positivo a lo negativo (frontalidad
total y escorzo nulo) consiguiendo siempre una suma constante, una visión
total del espacio construido. Y puesto que el esquema en L se da también
en los elementos altos, la circularidad de la visión se hace esférica,
total. Esta rotación ideal, inicio del movimiento, se confía a un sistema
de fuerzas (...) que nace de la situación espacial y de la constitución de
los bloques. El punto de apoyo de la rotación está en el cuerpo central,
que tiene una mayor desarrollo en altura; el cuerpo bajo y largo no es más
que uno de los brazos de la palanca, cuya extensión se mide en relación
con el cuerpo de la derecha. El equilibrio dinámico del conjunto se basa
en que a la mayor masa del cuerpo de la izquierda -articulado sobre el
punto de apoyo- le corresponde la mayor extensión de los cuerpos de la
derecha." ..."Todo el conjunto está concebido como un lento girar de
volúmenes y de planos que agotan en su calidad plástica las fuerzas del
movimiento que ellos mismos suscitan. Es evidente que este dinamismo
compositivo se basa en el análisis de la mecánica elemental de la palanca
y la biela." (G.C. Argan)
Experiencia didáctica y genética de la forma coinciden: la
escuela está concebida como una forma en formación. Es el pensamiento de Klee sobre el origen de la línea como movimiento de un punto, de la
superficie, del volumen como movimiento de la superficie. También lo es la
teoría de las tensiones de Kandinsky. Y ambas teorías llevan,
precisamente, a la destrucción de la masa como efecto naturalista y a su
reducción a función espacial.
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