Construida entre 1936 y 1939, la casa de la Cascada es la obra más
conocida de Frank Lloyd Wright (1869-1959) y la más emblemática de la
arquitectura organicista. El lugar donde está ubicada y el desarrollo de su
construcción han contribuido a su popularidad. La orgánica es una
arquitectura intuitiva, a la búsqueda de lo particular, que tiende a la
forma múltiple, independiente de la geometría elemental, dinámica, que
concibe la estructura como un organismo que crece según su orden
específico, en armonía con sus propias funciones y con lo que le circunda.
A la esfera de lo orgánico pertenece el realismo, el naturalismo, las
formas irregulares, los productos de la experiencia visual. Se desarrolla
paralelamente a la arquitectura racionalista, una arquitectura producto
del pensamiento, a la búsqueda de lo universal, que tiende al sistema, a
la regla, basada en la geometría, estática, que concibe la estructura como
un mecanismo en el que todos los elementos están dispuestos siguiendo un
orden absoluto. A la esfera de lo racional pertenece el idealismo, el
estilismo, las formas regulares, los productos de la educación. De hecho,
la arquitectura orgánica, al contrario que la racional, no ha sido capaz
de ofrecer ni un léxico, ni un código: aparece más como una tendencia del
gusto con formas libres, ángulos diferentes de 90 grados, variedad y
riqueza de materiales, que como un estilo propiamente dicho. Si el
socialismo humanista preconizado por los racionalistas, en el que la
arquitectura habría contribuido a la superación de muchas contradicciones,
está todavía por realizar, aún está más lejana aquella democracia como
expresión de lo individual en un todo armónico que era tan propia el
movimiento orgánico. |
Esta casa está en un espeso bosque de Pensilvania, por donde corre el torrente Bear Run y fue encargada por Edgar J. Kaufmann, propietario de unos grandes almacenes de Pittsburg. Cuando Wright vio el terreno, no lo dudó ni un instante: colocaría la casa encima de la cascada., junto a la que su cliente solía sentarse para leer en sus jornadas de descanso. El proyecto adquirió desde sus orígenes una aureola casi mítica en su construcción, Wright apuró al máximo las posibilidades estructurales de los grande voladizos de hormigón armado. Los ingenieros consultados por Kaufmann auguraron la ruina parcial del edificio, mientras que los albañiles se negaron en redondo a desmontar los puntales que sujetaban el encofrado; Wright quitó personalmente el primero. El 17 de enero de 1938 los semanarios Life y Time publicaban, en exclusiva mundial, las primeras fotografías. A partir de entonces se convierte en el modelo perfecto de vivienda doméstica moderna, no sólo para los arquitectos, sino para el público en general, que sigue soñando con hacer realidad, en una casa como ésta, su ideal de reposo, aislamiento y contacto con la naturaleza. |