En 1937, la Compañía Johnson Wax le encarga su sede social en Racine (Wiconsin). En este bellísimo edificio alumbraba una nueva fase dominada por elementos curvilíneos. La planta dedicada a oficinas es de ladrillo y carece de ventanas. Está tratada como una unidad, donde los soportes son columnas delgadísimas, que se ensanchan en la parte superior adoptando la forma de una seta o paraguas gigante, sosteniendo un techo traslúcido por donde penetra la luz. El crítico Arnason le ha llamado "palacio de Minos del siglo XX" por la similitud que presentan los pilares de apoyo con las columnas cretenses. El mobiliario también fue diseñado por el arquitecto.