Obra realizada con madera, vidrio, alambre y cuerda. El palacio de las cuatro de la mañana alude a la vida intima del escultor, al ámbito de sus sueños en perpetua vigilia, y a la hora misma en que el tuvo por buena costumbre retirarse a trabajar. Porque es lo cierto que nuestro artista, tras haber exprimido vitalmente las horas del día y de la noche, se recluía (a las cuatro de la mañana, comúnmente) en su estudio (el palacio de sus sueños) y allí se entregaba a procurar corporeidad y nombre a todas las fantasmagóricas orientaciones con que la vida incita y vuelve a incitar el deseo de los más despiertos (mientras los otros duermen), de los que aceptan, gustosos, la pena de daño de un insomnio sine die. Según Giacometti, el Palacio en 4 de la mañana es una evocación de un sueño: “Un palacio frágil de escarbadientes; al más mínimo movimiento en falso, sucumbía toda la edificación. Lo reconstruía nuevamente, todo ello me llevó a apartarme cada vez más de la realidad exterior. Yo me interesaba por la construcción de objetos y esto me apartaba del mundo, me confundía”. En 1933, Giacometti publicó una declaración que describe su proceso artístico, refiriendo expresamente a trabajos como el Palacio en 4 de la mañana " Muchos años he ejecutado sólo las esculturas que se han presentado a mi mente completamente completada. De les me he limitado con la reproducción en el espacio sin cambiar algo, sin preguntarme lo que ellos podrían significar.... Las tentativas a las cuales yo a veces cedía el paso, de realización consciente de un cuadro o aún a una escultura, siempre fallaban. "
Esta y otras obras de Giacometti del período 1929-1935, principalmente Jaulas, Objetos desagradables, Mesa en un corredor, Mujer degollada, respondían a la nueva concepción del "objeto de funcionamiento simbólico", tan apreciada en aquel momento por los surrealistas.