Estamos
ante una obra para leer y mirar. Según palabras del propio Duchamp, "Lo más curioso sobre este bigote y esa perilla es que, cuando los miras, la Mona Lisa se convierte en hombre. No es una mujer disfrazada de hombre; es un hombre auténtico, y ése fue mi descubrimiento, aunque no me diera cuenta de ello en aquella época". En "La Fuente", la manipulación del objeto no existía, únicamente el efecto se conseguía ubicando en un lugar inesperado un urinario masculino de porcelana. En esta ocasión la manipulación existe y es evidente, consiguiendo cambiar su significado por dicha elaboración. |