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El ingles Johan Salt desarrolla en su etapa
norteamericana los trabajos más relevantes de toda su producción.
Vehículos abandonados, siniestrados y decrépitos, lugares en
ruinas, caravanas y estilos de vida marginal, configuran unos
lienzos ajustados a la realidad. Reflejo crítico de una sociedad
fundamentada en el consumo fugaz, asentada en los principios
consumistas de obsolescencia y caducidad, en el perverso modelo del
usar y tirar. Objetos sin raíces, sin historia y sin ser. A
kilómetros del platónico sueño americano de opulencia y esplendor,
que Salt retrata de una manera magistral. En lo que respecta al
dominio de la técnica, pinta mediante la proyección de
transparencias sobre sus lienzos, recreando los colores y formas a
base de un aerógrafo y la utilización de plantillas. |
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John Salt es el pintor hiperrealista de la
chatarra. Se dice de tal o cual pintura está bien modelada, cuando
la combinación de estos recursos da como resultado una perfecta
apreciación del volumen, de la forma, la distancia entre unos cubos
de basura y otros. Naturalmente, la dirección de la luz de Salt es
un factor decisivo para conseguir este fin. Poca luz, mucha luz,
media luz. En cualquier caso la cantidad de luz afecta el contraste
de la imagen de este inglés, Salt, instalado en la década de los
sesenta de Nueva York. |
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Usa aerógrafo para escapar de la influencia misma
del arte. Lo que más interesa a estos artistas son los problemas
técnicos del tratamiento de tonos y luces en una superficie. Todas
las partes de la imagen se tratan con la misma imparcialidad, no por
simple frialdad o por un deseo de evitar el comentario social
abierto, sino porque el tema en sí no les parece tan importante. |
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Según Salt, "el automóvil era algo obvio. Pero no
pinto autos porque sean importantes o porque tengan algún tipo de
mensajes. Es simplemente un tema obvio. Además, la forma en que
pinto, con el aerógrafo, es semejante al sistema de pintar los autos
mismos". |
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