El propio artista explica así su forma
de pintar: "Mi pintura no nace en el caballete.
Casi nunca, antes de comenzar a pintar, se me ocurre extender la tela
sobre el bastidor. Prefiero colgarla de la pared o dejarla sobre el
suelo, porque necesito la resistencia de una superficie dura. Sobre el
suelo me siento más a gusto; puedo caminar en torno suyo, trabajar por
cuatro lados distintos, estar literalmente dentro del cuadro. Es un poco
el método usado por ciertos indios del Oeste que pintan con la arena.
Cuando estoy dentro de mi cuadro, no me doy cuenta de lo que estoy
haciendo. Sólo después de cierto período consigo ver qué dirección he
tomado. Y no tengo miedo de hacer cambios. Solamente cuando pierdo
contacto con la tela, el resultado es un desastre. Pero si mantengo este
contacto, entonces se establece un estado de pura armonía, de espontánea
reciprocidad, y la obra sale bien. Continúo alejándome de las
herramientas comunes del pintor, como la paleta y los pinceles, y
prefiero palos, llanas, cuchillos y pintura fluida que gotee, o pesados
empastes con arena, vidrio roto y otros materiales exóticos". |
Con la técnica
de pintar de Pollock, se produce, lógicamente, una disminución del
control que el artista ejerc4e sobre la gestación del cuadro, a la vez
que los materiales se independizaban del pulso del pincel y se
distribuían con mayor autonomía. Pero los lienzos de Pollock aportaron
otra novedad, como pintura total, que no parece tener principio ni fin,
al extenderse hasta los límites de la tela. |