Matisse: retrato de Andre Derain.  Tate Gallery. Londres. Inglaterra.
Matisse: Mujer de la raya verde. Museo Real de Bellas Artes. Copenhague. Dinamarca.
El tema puede considerarse como punto de arranque para posteriores soluciones. Si se mira el cuadro con los ojos entornados, resulta más amarillo, estableciéndose así la idea de equilibrio. Este equilibrio cromático, es asombroso, contrarresta de modo perfecto las manchas rojas con las verdes. El rostro se configura en torno a una línea verde que sustituye la nariz de la retratada. La zona de la nariz y la boca roza lo monstruoso, la belleza se ha perdido. Lo feroz y zoológico es el resultado de la situación pictórica. Es como si Matisse quisiera eliminar toda la psicología que podría transmitir el retrato para reconciliarse con el mero acto de pintar. Era sencillo el abstraerse de emotividades en géneros como el paisaje o el bodegón, pero en el retrato supone un reto difícil de conseguir. En torno a 1908-1909 Matisse publica cartas en las que habla de lo que él entiende por "arte". Estos son algunos fragmentos: "El pintor ya no necesita preocuparse de detalles insignificantes, para ello está la fotografía que lo hace mejor y más rápido.., la pintura es para representar visiones interiores..., ver ya es en sí un acto creador, requiere un esfuerzo, todo lo que vemos se deforma por nuestras costumbres occidentales... hay dos maneras de expresar las cosas: señalarse brutalmente y otra evocarlas con arte, se evoca lo que la mirada produjo en nosotros como acto que requiere trabajo..., el pintor debe tener simplicidad de espíritu...". Desde estos planteamientos es como se puede entender un cuadro así.