Antes de comenzar a gestarse el "Guernica", Picasso hizo unos aguafuertes a principios de enero de 1937, con el propósito de ridiculizar el "glorioso alzamiento nacional" de Francisco Franco. En dos láminas con nueve escenas cada una, creó una pequeña serie de tiras cómicas que narran las aventuras y fechorías de Franco. Lo presenta como un personaje absurdo y mezquino, más cerca de parecer un babuino bailarín de feria que de un peligroso líder militar. El proyecto inicial de las laminas era el de ser vendidas como tarjetas postales a beneficio del Fondo de Ayuda a la España republicana; al final abandonó la idea de venderlas separadamente y se decidió por la difusión de la serie completa. A causa del proceso de impresión, la escena esta invertida y debe leerse de derecha a izquierda (por esa razón están repetidas las láminas).
En la primera escena aparece Franco como un pervertido caballero cristiano, en una parodia de los héroes legendarios españoles. El sol se mofa de él, y el caballo hace una mueca siniestra que trata de ser sonrisa. En la segunda el Caudillo aparece con un descomunal pene erecto que le sirve de pértiga para guardar el equilibrio sobre la cuerda floja; es caricaturizada su virilidad y su orgullo masculino como guerrero. En la tercera escena aparece destruyendo con un pico un busto de mujer, manifestando la amenaza franquista hacia la cultura y la belleza. En la cuarta escena el insurrecto aparece travestido con un abanico, representando su total cobardía. En el quinto es atacado por un toro furioso, símbolo de la derrota del fascismo en manos del pueblo de España. En la sexta reza ante un altar con una bola del mundo a lo alto, y rodeado de una alambrada de púas. En la séptima escena hace una parodia de la creación bíblica del mundo, con el "generalísimo" rodeado de bichos e insectos. En la octava vuela con un poderoso Pegaso hacía el sol, a quién atraviesa con su estandarte, mientras que en la novena cabalga a lomos de un cerdo de nuevo hacía el sol, lo que significa su ocaso y la salvación de España.
En la segunda lámina (abajo), y la continuación de la anterior, en la primera, segunda y tercera viñeta muestran la consecuencia de los actos de terror del Caudillo; aparecen los cadáveres de una muchacha y el de un caballo que cobija al jinete caído con la curva de su pescuezo. En la cuarta y quinta escena la figura del toro vuelve a enfrentarse a un Franco acobardado. En las últimas escenas, que aportó posteriormente, transcriben escenas del "Guernica", con mujeres llorando y gritando por la muerte de sus hijos, y rotas por el horror.