PRIMATES |
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Los seres humanos
somos, desde el punto de vista de la clasificación
biológica, primates, un tipo de mamífero adaptado a la
vida en el bosque tropical. La historia
evolutiva del grupo está marcada por dos aspectos: la
vida en los árboles y la sociabilidad.
Los hominoideos
se distinguen por la pérdida de la cola y por una
serie de adaptaciones a su peculiar forma de desplazarse
por los árboles: la braquiación (colgado de los brazos).
De este modo, los seres humanos presentamos
características propias de los Primates, junto a otras
que son exclusivas de los Haplorrinos, Hominoideos y
Homínidos, respectivamente. |
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El grupo de los
simios tenemos los ojos frontalizados (ambos en
la parte anterior de la cara). De esta forma llegan a
a nuestro cerebro dos imágenes muy similares desde cada
ojo. Es la base de nuestra vista estereoscópica, en tres
dimensiones, que nos permite estimar con gran precisión
distancias. Esto nos permite saltar con acierto, y
también nos ofrece la capacidad de manipular objetos,
pues nuestro cerebro puede guiar eficazmente a las
manos. También tenemos un cerebro grande con unos
lóbulos olfativos reducidos: los simios nos
representamos el mundo básicamente en imágenes y no en
olores. Constituimos grupos sociales de gran complejidad. Esta es una de las claves de su supervivencia, ya que la vida en grupo aumenta la eficacia en la localización de la comida y la defensa ante los depredadores. La compleja vida social de los primates está asociada a un notable desarrollo de su inteligencia, entendida como flexibilidad en su comportamiento a la hora de tomar decisiones. Esta vida social compleja y comportamiento flexible, es decir no instintivo, determina que los primates requieran un periodo de aprendizaje más largo (infancia más larga) para aprender a sobrevivir y comportarnos correctamente dentro del grupo. |
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HOMINOIDEOS |
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Los hominoideos compartimos un antepasado común que vivió hace alrededor de 24 millones de años, del que heredamos unos rasgos relacionados con la braquiación, es decir, colgarse de las ramas con el tronco derecho en lugar de desplazarnos a cuatro patas: el tórax está aplanado de pecho a espalda, con los omoplatos en posición dorsal (en la espalda) y las clavículas más largas (todo lo cual nos irá muy bien para adoptar la posición erguida). | ||||||||
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La aproximación de la placa africana a Eurasia que tuvo lugar hace unos 14 millones de años permitió que los hominoideos, de origen africano, se expandieran por todo el Viejo Mundo y se diversificaran ampliamente en numerosos géneros, cada uno de ellos con varias especies, como Dryopithecus, Sivapithecus, Lufengpithecus, Ouranopithecus, Ankarapithecus y Gigantopithecus. Sus fósiles se han encontrado en Europa, China, Turquía, India y Pakistán, y se datan entre los 13 y los 7 millones de años. | ||||||||
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