Lugar

Hoy (setiembre de 2015) se han publicado los datos más completos de la excavación realizada en la cueva Rising Star, a unos 50 kilómetros de Johannesburgo (Sudáfrica). Los resultados destapan la existencia de una sima con más de 1.500 fósiles humanos entre los que hay al menos 15 individuos.  Todos ellos fueron encontrados en la misma cámara de la cueva y aislados de cualquier otro tipo de huesos de otros animales, lo que ha llevado a pensar a los autores que pudo tratarse de un lugar de enterramiento deliberado.

 Hay fragmentos y huesos completos, de prácticamente todos los huesos del esqueleto, siendo la mayor concentración de restos de una misma especie de hominido en toda África. No se ha podido realizar una datación fiable de los fósiles y la posición filogenética de H. naledi es incierta. Sin embargo las características anatómicas lo sitúan en las raíces de los primeros Homo.
Los descubridores dicen no haber conseguido datar los fósiles ni saben cómo llegaron hasta allí todos esos cadáveres. Para llegar hasta la cámara en la que se hallaron hay que recorrer unos 80 metros de cueva, trepar una pared y escurrirse por una grieta que los investigadores comparan con la boca de un buzón, bromeando solo a medias. Esta ruta, totalmente en tinieblas, es la única que existe hoy y, según los estudios geológicos, la única que existía cuando se depositaron los cadáveres.

El gran enigma: ¿enterramiento colectivo?

En esta zona no hay huesos de animales, lo que ha intrigado a los investigadores. Hasta el momento, la comunidad científica creía que las prácticas de enterramiento sólo eran realizadas por especies como los humanos modernos o los neandertales. El descubrimiento nos permite pensar que estos quince individuos de Homo naledi fueron allí depositados de manera intencionada. Hay investigadores, sin embargo, que creen que el hallazgo de los restos de esta nueva especie de homínido no tendría por qué coincidir con prácticas de enterramiento intencionadas. Esta conducta sería demasiado más compleja de lo que se piensa para una especie Homo de estas características.

Los restos

Por el tamaño de los huesos, estos incluyen infantes, niños, adolescentes, adultos y ancianos. Ninguno tiene marcas de traumatismo por una posible caída a la fosa, ni tampoco signos de haber sido devorados por un animal o por su propia especie, como sí sucede en el único yacimiento comparable: la Sima de los Huesos en Atapuerca (Burgos).

Medían un metro y medio los más altos y pesaban unos 45 kilos. Aún no habían comenzado a desarrollar un cerebro grande (560 centímetros cúbicos comparados con los al menos 1.200 centímetros cúbicos de un Homo sapiens), pero ya tenía un cuerpo estilizado y rasgos humanos, como la capacidad para andar erguidos o unos dientes relativamente pequeños. Sus manos tenían ya el pulgar oponible que permite fabricar herramientas de piedra y sus pies eran muy parecidos a los de los humanos modernos, solo que un poco más planos. (foto inferior)

Los expertos no se atreven a dar la datación del fósil porque la ausencia de otros fósiles animales está complicando el análisis. No obstante, basándose en la morfología, los análisis sitúan a este fósil entre los primeros homo -de unos 2,5 millones de años- y, si fuera más reciente (de menos de un millón de años), sería la prueba de la coexistencia en África de especies del género Homo muy distintas entre sí.

Cráneo de Homo Naledi. Vista posterior (A). Vista frontal, menos el fragmento de frontal para mostrar el interior de la bóveda craneal (B). El maxilar medial (C), frontal (D), superior (E) y vista oclusal (F). Cráneo en alineación anatómica con ocluido maxilar y mandíbula en vista lateral izquierda. Mandíbula en oclusal (H); basal (I); vista lateral derecha (J) y vista anterior (K). Barra de escala = 10 cms. Esta nueva especie de homínido tendría un tamaño y peso (entre 39,7 y 55,8 kg) similares a los de los humanos modernos, con las manos y los pies con apariencia humana. Otros huesos, como el cráneo, la pelvis o los hombros son más parecidos a los fósiles de especies de homínidos anteriores.
Sus manos tienen la capacidad de manejo de objetos que tenemos los hombres de ahora pero sus dedos y falanges están curvos, lo que, según los expertos anatómicos, significa que estarían adaptados para vivir en un hábitat arbóreo. Al mismo tiempo, tanto la muñeca como los huesos de la palma de la mano son muy modernos, lo que indica que, pese a que no se han encontrado herramientas en el yacimiento, con esa anatomía podrían utilizarlas perfectamente.
Sus miembros inferiores y los pies son parecidos a los del homo sapiens.,  salvo que los dedos son ligeramente curvos, lo que significa que estarían adaptados para vivir en los árboles y en la tierra".
Lee Berger, de la Universidad Witwatersrand de Johannesburgo (Sudáfrica), con la reproducción de un craneo de Homo Naledi..

Datación

Los expertos aún no se atreven a dar una datación del fósil porque la ausencia de otros fósiles animales complica el análisis pero se están analizando los sedimentos del yacimiento para hacer un cálculo aproximado. No obstante, basándose en la morfología, los análisis sitúan a este fósil entre los primeros homo -de unos 2,5 millones de años- y, si fuera más reciente (de menos de un millón de años), sería la prueba de la coexistencia en África de especies del género Homo muy distintas entre sí..