Sociedad estamental | ||
"Nuestra familia no cesaba de aumentar y la cuna estaba constantemente ocupada, aunque, ¡ay!, la mano estranguladora de la muerte nos había arrancado de ella a alguno de sus pequeños ocupantes. Hubo tiempos, tengo que confesarlo, en que me parecía cruel llevar hijos en el vientre para perderlos luego y tener que enterrar amor y esperanzas en sus pequeñas tumbas [...]. La mayor de mis hijas, Cristina Sofía, no vivió más que hasta la edad de tres años, y también mi segundo hijo, Christian Gottlieb, murió a la misma tierna edad. Ernesto Andrés no vivió más que unos pocos días, y la niña que le siguió, Regina Juana, tampoco había llegado a su quinto cumpleaños cuando dejó este mundo. Cristina Benedicta, que vio la luz un día después que el Niño de Belén, no pudo resistir el crudo invierno y nos dejó antes de que el nuevo año llegase a su cuarto día. [...] Cristina Dorotea no vivió más que un año y un verano, y Juan Augusto no vio la luz más que durante tres días. Así perdimos siete de nuestros trece hijos, [...] bondadosas mujeres de la vecindad trataban de consolarme diciéndome que el destino de todas las madres es traer hijos a este mundo para perderlos luego, y que podía considerarme feliz y llegaba a criar la mitad de los que hubiese dado a luz." La pequeña crónica de Ana Magdalena Bach |
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Calcula la esperanza media de vida de los hijos de Ana Magdalena. Te servirá para hacerte una idea de la que tenían las personas en el siglo XVIII (en la actualidad ronda los ochenta años). Para hallarla tienes que sumar los años que vivieron todos y dividir el resultado entre el número de hijos nacidos. Ten en cuanta que los seis hijos supervivientes de Ana Magdalena murieron a los 38,43, 46, 55, 57 y 62 años, respectivamente. A los que murieron antes de cumplir el año se les asigna el valor 1. | ||
¿Solamente pago yo? ¡A ver...! | ||
"Noventa y dos fuegos
[hogares] componen toda nuestra parroquia, que no tiene más de dos
leguas de circunferencia; setecientas personas de todo sexo y edad;
he aquí, más o menos, el número de sus habitantes, que están todos
adscritos a la gleba [terreno]. Situados a siete leguas de distancia
del río, alejados de las grandes rutas y de la ciudad en más de tres
leguas, no pudiendo tener comunicaciones más que a través de caminos
impracticables, nada puede excitar su industria, ni pueden iniciar
ninguna empresa lucrativa; no hay entre ellos ningún tipo de
comercio, ninguna exportación, ninguna importación. Privados por la
escasez de forrajes de las ventajas que reporta el mantenimiento de
animales, su único cuidado es el sacar el mejor partido del suelo
que les ha visto nacer. ¡Y qué suelo!; un terreno pedregoso,
estéril, incapaz incluso de producir sin cultivo la hierba más
simple. Dieciséis labradores, si así se puede llamar a ocho o nueve
de ellos, que tienen por todo atelaje [equipo] dos débiles caballos,
aran todo el año con esfuerzo y riegan con su sudor una tierra
ingrata, a la cual no pueden dar el abono necesario y cuyo producto
anual ordinario es todo lo más de tres por uno. Cuaderno de quejas de la comarca de Bourges (Siglo XVIII) |
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Sociedad estamental |
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Monarquía absoluta | ||
Caricaturas sí, pero qué verdad dicen |
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La Ilustración | ||
Mírala, mírala,... la Puerta de Alcalá |
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