UNIFICACIÓN DE ITALIA
Camillo Benso, conde de Cavour (1810-1861), fue un político y estadista de la Italia anterior a la unificación. Era un hábil político para tejer alianzas en favor de la corona de la casa de Saboya que gobernaba en el Piamonte-Cerdeña. Buscó la modernización de Italia en torno a la monarquía constitucional del reino del Piamonte, pero para ello necesitaba crear un estado fuerte en el norte de Italia. Para alcanzar ese objetivo, ayudado por Francia, luchó contra Austria a la que derrotó en 1859. Giuseppe Mazzini (1805-1872), apodado "el alma de Italia",fue un político, periodista y activista italiano que bregó por la unificación de Italia. Ayudó al proceso de formación y unificación de la Italia independiente moderna a partir de los numerosos Estados, muchos dominados por potencias extranjeras, que existieron hasta el siglo XIX. También contribuyó a definir el movimiento europeo en pro de una democracia popular en un Estado republicano.
Giuseppe Garibaldi (1807-1882) fue un militar y político italiano. Al conseguir la unidad italiana en 1870, Garibaldi fue elegido diputado al Parlamento, cargo al que posteriormente renunció al no concretarse en hechos las ideas republicanas por las que él lucho incansablemente. En sus últimos años se retiró a la isla de Caprera, donde falleció el 2 de junio de 1882. Víctor Manuel II (1820-1878) fue el último rey del Reino de Cerdeña y el primer rey de Italia. Bajo su mandato, y debido a las habilidades de su ministro, el Conde de Cavour, el Reino del Piamonte creció hasta incluir toda Italia, por el proceso de Unificación italiana. Víctor Manuel II de Piamonte se llamó Víctor Manuel II de Italia. Fue el padre de Amadeo I, rey de España entre 1870 y 1873.
Si durante la unificación de Italia el protagonismo político cayó en Mazzini, Cavour, Víctor Manuel de Saboya y Garibaldi, la iniciativa cultural fue obra, en gran medida, de un hombre, Giuseppe Verdi (1813-1901). Su nombre, escrito así, V.E.R.D.I., recorrió las bocas de los italianos ocultando una segunda lectura: "Viva Vittorio Emanuele Re D´Italia". Este músico, de geniales óperas, tardó en lograr el aplauso del público, pero cuando el llegó, fue arrollador. Su ópera "Nabucco" (1842), relato del cautiverio judío en Babilonia -trasunto de la población italiana bajo el Imperio austriaco- fue la gran aportación patriótica al Risorgimento. Los nacionalistas italianos tomaron como símbolo de resistencia ante los invasores el coro de los esclavos hebreos de (“Va pensiero”), que se convertiría en uno de los pasajes sonoros más conocidos de todos los tiempos, y que fue utilizado por los nacionalistas para provocar a los invasores.

 Va, pensiero, sull'ali dorate;
va, ti posa sui clivi, sui colli,
ove olezzano tepide e molli
l'aure dolci del suolo natal!
Del Giordano le rive saluta,
di Sionne le torri atterrate...
Oh mia patria sì bella e perduta!
Oh membranza sì cara e fatal!
Arpa d'or dei fatidici vati,
perché muta dal salice pendi?
Le memorie nel petto raccendi,
ci favella del tempo che fu!
O simile di Solima1 ai fati
traggi un suono di crudo lamento,
o t'ispiri il Signore un concento
che ne infonda al patire virtù.
che ne infonda al patire virtù
che ne infonda al patire virtù
al patire virtù!

(1. Solima, nombre poético de Jerusalén)

 ¡Ve, pensamiento, con alas doradas,
pósate en las praderas y en las cimas
donde exhala su suave fragancia
el dulce aire de la tierra natal!
¡Saluda las orillas del Jordán
y las destruidas torres de Sión!
¡Oh, mi patria, tan bella y perdida!
¡Oh recuerdo tan caro y fatal!
Arpa de oro de fatídicos vates,
¿por qué cuelgas muda del sauce?
Revive en nuestros pechos el recuerdo,
¡que hable del tiempo que fue!
Al igual que el destino de Sólima
canta un aire de crudo lamento
que te inspire el Señor un aliento,
que al padecer infunda virtud,
que al padecer infunda virtud,
que al padecer infunda virtud,
al padecer, la virtud!