HUNGRÍA
En septiembre de 1956 una manifestación animada por círculos culturales húngaros para conmemorar la ejecución de generales húngaros por los rusos en 1848, reunió a un cuarto de millón de personas. Ese mismo mes, como sucede en tantas otras ocasiones cuando una protesta ha sido iniciada por los intelectuales, los estudiantes tomaron su relevo. El 23 de octubre, una manifestación pacífica organizada por una asociación estudiantil creada de forma espontánea, se dirigió a la estatua del general polaco Bem que había combatido a los rusos en favor de los húngaros. La manifestación no iba dirigida contra el partido pero de forma espontánea aparecieron banderas nacionales húngaras a las que se le había quitado el símbolo identificativo de la democracia popular de inspiración soviética y se produjo el derribo de una estatua de Stalin que había sido fundida con el material de otras de reyes húngaros. Las posteriores protestas ante el edificio de la emisora de Budapest, acabaron con la toma de la emisora. El 24 de octubre Budapest estaba en una situación de completo descontrol agravada por el hecho de que ni el Ejército ni las fuerzas del orden húngaras parecían dispuestas a intervenir. Cuando lo hizo la policía política el resultado fue todavía peor. Las autoridades llamaron a los soviéticos que ese mismo día actuaron en las calles de Budapest pero con efectivos insuficientes. Los peores incidentes se produjeron cuando los manifestantes pidieron armas delante de determinados cuarteles o protestaron ante edificios públicos singulares como el Parlamento.
Mientras tanto, se había producido una erupción de Consejos obreros por todo el país pidiendo un sistema multipartidista, la liberación del cardenal Mindszenty y la retirada del Ejército soviético. El 31 de octubre los soviéticos decidieron intervenir presionados por su propio Ejército, por la posición de la China de Mao y por la actitud de los sectores más conservadores en Hungría o en la URSS.
Bandera de Hungría con el añadido por inspiración soviética.(izquierda). Bandera de la Revolución de 1956 y que anulada el escudo.
Refugiados húngaros en Austria.

Jozsef Mindszenty nació en 1892 en una familia pequeña propietaria dedicada a la agricultura. En 1942, como otros muchos húngaros, cambió su apellido en protesta por la injerencia alemana en la política de Hungría; dejó el apellido familiar Pehm por el del nombre de su pueblo natal. Sacerdote (1915), obispo de Veszprém (1944), arzobispo de Esztergom (1945) y cardenal (1946), se opuso a los alemanes -por la cuestión judía- y a los comunistas. Sufrió sucesivos encarcelamientos desde 1919. Su enfrentamiento con el Gobierno de Rakosi motivado especialmente por la nacionalización de las escuelas de la Iglesia católica le supuso un nuevo arresto (diciembre de 1948); la condena perpetua a trabajos forzados y la confiscación de sus bienes (febrero de 1949). Permaneció bajo arresto domiciliario de julio de 1955 a octubre de 1956. Liberado por sus compatriotas el 30 de octubre de 1956, volvió a ejercer brevemente sus funciones durante la revolución pero tuvo que refugiarse en la embajada de EE.UU, donde vivió hasta 1971, año en el que fue amnistiado por el Consejo presidencial húngaro, tras la Entente firmada con la Santa Sede en 1964. En 1971 salió para Roma, y luego pasó a Viena, donde se retiró hasta el final de su vida en un seminario de sacerdotes húngaros

La vida de Ferenc Puskas (1927-2006) y de otros muchos jugadores húngaros cambiaría el 4 de noviembre de 1956, fecha en que la URSS invadió Hungría. De camino a Bilbao con su equipo, el Honved, el "equipo de oro" magiar de los años 1950, en la ciudad de Viena, Puskas y otros compañeros, como Czibor o Kocsis, desertaron, debido a la invasión. Se ganaron una sanción de dos años por parte de la FIFA. Dejaba atrás un balance de 349 partidos de Liga con 358 goles, a más de un gol por partido. Tras dejar Hungría en 1956 fue juzgado en su ausencia por las acusaciones de "traidor a la patria" por el régimen comunista y no pudo volver a su país hasta el año 1981.Puskas continuó apartado de los terrenos de juego hasta que el 11 de agosto de 1958, a los 31 años, con bastante peso de más y pese a contar con la negativa del secretario técnico del club, José Samitier, firmó por el Real Madrid presidido por Santiago Bernabeu, donde formaría parte de una delantera compuesta por Kopa, Rial, Di Stéfano, Gento y el propio Puskas. Con el Real Madrid, donde fue rebautizado como "Pancho Puskas" o "Cañoncito Pum", consiguió 5 ligas, 1 Copa de España, 1 Copa Intercontinental, ser cuatro veces máximo goleador del campeonato de liga y 3 Copas de Europa. Además fue el máximo goleador de la final de la Copa de Europa de 1960 frente al Eintracht de Fráncfort con cuatro goles en un partido que acabó con 7-3 y que supuso la quinta Copa de Europa consecutiva ganada por el Real Madrid. Puskas se retiró con 38 años, a finales de junio de 1967 después de jugar 180 partidos de Liga, en los que hizo diana en 154 ocasiones.
Para triunfar en el mundo del fútbol, Ladislao Kubala (1927-2002) hubo de jugarse su vida y la de su familia para dejar atrás el telón de acero. Debutó en Primera con el Ferencváros. Durante la Segunda Guerra Mundial, emigró a Checoslovaquia y se enroló en las filas del Bratislava. Volvió a su país una vez firmado el alto el fuego para fichar por el Vasas de Budapest. Después de disputar un partido en la capital húngara, se despidió de su madre sin confesarle que había decidido cruzar el telón de acero. Acompañado de otros cuatro compañeros de equipo y de varias personas más, cruzó la frontera austriaca en un camión con matrícula soviética. Tardaría años en volver a ver su madre. Una vez en Occidente, los problemas continuaron. La Federación húngara le acusó de delincuente y estafador y la FIFA le suspendió durante un año. Durante ese periodo, el jugador se enroló en la filas del ProPatria, el único equipo italiano que le dio garantías económicas. Kubala acabó en un campo de refugiados en Cinecittá, donde ya le acompañaba parte de su familia. Entre otros, se encontraba su cuñado, el entrenador Fernando Daucik, con el que fundaría el Hungaria, un equipo integrado por exiliados que recorrió media Europa e incluso Sudamérica. En una de sus giras con el Hungaria recaló en Barcelona para disputar un amistoso frente al Español. Josep Samitier, director técnico del F.C. Barcelona, quedó prendado con las evoluciones de aquel jugador de 23 años. La llegada del 'crack' Ladislao Kubala, en junio de 1950, convierte al FC Barcelona en un conjunto imparable, y deja pequeño el campo de les Corts. Entre 1951 y 1953, el Barça gana todos los títulos en juego (las Ligas 1951-52 y 1952-53 y las Copas 1950-51, 1951-52 y 1952-53). En este ciclo triunfante, está marcada con letras de oro la temporada 1951-52, la de las Cinco Copas: Liga, Copa, Copa Latina, Eva Duarte y Martini Rossi. Con los azulgranas sólo se le resistió la Copa de Europa, aunque disputó la final de 1961 frente al Benfica. Tras retirarse en 1962, siguió ligado a la disciplina azulgrana. Poco después se convertía en el máximo responsable técnico. Desde el banquillo ganó una Copa de Ferias, pero un mal inicio en la liga 62-63 le valió la destitución. Kubala quiso entonces volver a jugar, pero la directiva se negó en redondo. Ofendido, fichó por el Español y colgó las botas a sus 35 años. Después de su retirada definitiva, dirigió la selección española durante once años, a la que clasificó para el Mundial 78 y la Eurocopa 80. Posteriormente, volvió a entrenar al F.C. Barcelona antes de iniciar un nuevo peregrinaje por medio mundo. Kubala está considerado como el mejor jugador que ha vestido la zamarra blaugrana de todos los tiempos siendo enterrado al morir en el cementerio de personajes ilustres de Barcelona, junto con varias insignias del club y una bandera del mismo.
CHECOSLOVAQUIA

En abril de 1968, el Comité Central del Partido Comunista Checo aprobaba un Programa de Acción que resumía los fundamentos de aquel "socialismo de rostro humano" que los nuevos dirigentes comunistas habían asumido como fin primordial de su actividad. Alexander Dubcek, elegido Secretario del Partido Comunista, fue apoyado por unanimidad dentro del Partido, aunque no contaba con el beneplácito de Moscú para las reformas que se iban a realizar. El pueblo checoslovaco, que había disfrutado por poco tiempo de aquella llama Primavera de Praga, veía como el 20 de agosto de 1968 se produjo la invasión llevada a cabo con 29 divisiones, 7.500 tanques y 1.000 aviones. En total, se trataba de una fuerza militar que duplicaba la que invadió Hungría en 1956. En esta ocasión no se trataba sólo de fuerzas soviéticas sino también de todos sus aliados en la región. Se produjeron entre ochenta y doscientos muertos en combates ocasionales aunque los checoslovacos decidieron no combatir.

Alexandre Dubcek
Ciudadanos increpando a las tropas de ocupación Ciudadanos increpando a las tropas de ocupación
Enfrentamientos contra los tanques soviéticos en Praga
Manipulación de imágenes

Ceremonia oficial celebrada en Praga en 1968, con la presencia de Alexandre Dubcek, secretario del partido comunista, y del presidente de la República, Ludwig Sovboda. La misma fotografía retocada después de la Primavera de Praga por la censura oficial para eliminar cualquier rastro de "revolucionario" Dubcek.