Mapa de la Guerra Fría. La disuasión nuclear

SAC (Strategic Air Command) y Operation Chrome Dome

La doctrina de disuasión nuclear del SAC (Strategic Air Command) consistía en mantener permanentemente en vuelo, y en ruta hacia las fronteras de la entonces URSS, un número sustancial de bombarderos estratégicos con objetivos preasignados. En caso de un ataque nuclear inesperado, los EEUU  tendrían una capacidad inmediata de represalia con armas nucleares sobre objetivos en el interior de la Unión Soviética. En este tipo de misiones el apoyo de aviones nodriza desplegados en bases de ultramar resultaba una pieza clave para mantener a los bombarderos en el aire –donde eran menos vulnerables a un ataque nuclear– y sostener el desarrollo de las operaciones aéreas de disuasión estratégica. (abajo, escudo del SAC (Strategic Air Command).

Para cumplir con lo arriba señalado, se organizó la Operación Chrome Dome en 1960, un programa de alerta global llevado a cabo por la Fuerza Aérea de USA. Como se ha dicho, el programa consistía en que varios bombarderos estratégicos B-52 Stratofortress, armados con armas termonucleares y con objetivos asignados en la Unión Soviética, volaran en horarios que garantizaran un número considerable de aviones en el aire, en el caso del estallido de la Tercera Guerra Mundial. Hasta una docena de bombarderos volaban continuamente, con misiones de 20 y 23 horas, por encima del Círculo Polar Ártico y el Mar Mediterráneo.
Las misiones que nos interesan, organizadas por el SAC (Strategic Air Command), seguían la ruta sur. Los aviones tenían las rutas ya señaladas y también tenían asignado la zona en la que debían reaprovisionarse. Cuando el avión venía de Estados Unidos, era recargado por un avión que salía de la base de Zaragoza, para seguir rumbo a la frontera turco-soviética. Cuando regresaba desde allí hacia Estados Unidos, le abastecía un avión que salía de la base de Morón de la Frontera. En negro, las zonas en las que se debía realizar la operación de recarga.

Esta doctrina quedó obsoleta con el despliegue de los modernos submarinos balísticos lanzamisiles de propulsión nuclear dotados de una notable capacidad de supervivencia gracias a su sigilo. Sin embargo, los bombarderos estratégicos constituyen aún hoy día uno de los pilares de la llamada tríada en la disuasión nuclear estadounidense junto a los misiles balísticos de lanzamiento submarino (SLBM, Submarine-Launched Ballistic Missile) y los misiles balísticos intercontinentales con base en tierra (ICBM, Intercontinental Ballistic Missile).

Los B-52 y los aviones nodriza
Para poder realizar las misiones antes señaladas, los aviones debían abastecerse de queroseno en el aire mediante unos aviones nodriza. En la imagen vemos cómo se realiza esta peligrosa operación. Abajo, modelo de los dos tipos de avión que sufrieron el accidente en Palomares.

Boeing B-52 Stratofortress con todo el armamento que puede cargar.

Avión nodriza de reabastecimiento en vuelo McDonell Douglas KC-135 Stratotanker, cargado de combustible y con la pértiga por la que baja el queroseno al otro avión. Abajo, tres imágenes de la operación de reabastecimiento.

Un KC-135 Stratotanker  aprovisionando a un B-52 Stratofortress en Afganistán en 2006 (arriba y abajo).

 El accidente en territorio español

El 17 de enero de 1966 se produjo una colisión en el espacio aéreo español sobre la  provincia de Almería entre un bombardero Boeing B-52 Stratofortress y un avión nodriza McDonell Douglas KC-135 Stratotanker del Mando Aéreo Estratégico (SAC, Strategic Air Command) de la Fuerza Aérea de EEUU (USAF). Realizaban una maniobra rutinaria de reabastecimiento de combustible en vuelo a gran altitud. El bombardero intentaba llevar a cabo un tercer intento de acoplamiento con el avión cisterna, procedente de la Base Aérea de Morón (Sevilla), cuando la boca de la pértiga de reabastecimiento del nodriza golpeó violentamente al bombardero desgarrando su fuselaje superior longitudinalmente y provocando la ignición y explosión de las 182 toneladas de queroseno de sus depósitos. Los cuatro tripulantes del avión nodriza murieron en el acto; también perecieron tres de los tripulantes del otro avión. Los otros cuatro pilotos pudieron salvarse al saltar en paracaídas.

El B-52 iba armado con cuatro bombas de hidrógeno B28 [en servicio entre 1958 y 1991], como la que vemos. Es un modelo para ataques nucleares por gravedad, con una potencia explosiva de entre 70 kilotones y 1,45 megatones [La bomba atómica ‘little boy’ lanzada el 6 de Agosto de 1945 sobre Hiroshima tenía una potencia de 12,5 kilotones, equivalente a la detonación de 12.500 toneladas de Trinitrotolueno (TNT)].

Las cuatro bombas se desprendieron del avión y cayeron. Dos de las bombas quedaron intactas, una en tierra y otra en el mar. Las dos bombas restantes cayeron cerca del pueblo. En estas dos bombas explotó el detonante convencional que portaban para conseguir la primera reacción nuclear. Estas explosiones esparcieron unos 20 kilogramos de plutonio altamente radiactivo por los alrededores.

Las bombas de Palomares se exhiben hoy en  el National Atomic Museum de Albuquerque, Nuevo México (USA). En la imagen de arriba y en la de abajo, dos imágenes de las dos bombas que no explotaron y tal como quedaron. Estas son las que cayeron con paracaídas, una de ellas en el mar.

La otra bomba que cayó en tierra se mantuvo intacta. Pero la cuarta se hundió en el Mar Mediterráneo, donde fue localizada a 8 kilómetros de la costa tras 80 días de intensa búsqueda y extraída dos semanas después, el 7 de abril. En estos dos últimos casos el despliegue del paracaídas incorporado a este modelo de bomba minimizó el impacto y permitió que ambos artefactos mantuvieran su integridad estructural. En las imágenes de abajo vemos la bomba que cayó al mar ya recuperada. Y en el gráfico inferior, las vicisitudes de la operación de rescate de de esta bomba.

Gráficos de lo que ocurrió

El entonces Ministro de Información y Turismo, Manuel Fraga, se bañó junto al embajador estadounidense en la playa de Palomares para tratar de minimizar las consecuencias del accidente frente a la opinión pública española y demostrar que no existía peligro de radiación. Sin embargo, las cosas podrían haber sido trágicas. Abajo vemos un mapa con las zonas que hubieran quedado afectadas de haber explotado y de las consecuencias de ello.

Después del incidente... y continúa el problema

Los Estados Unidos llevaron a cabo una limpieza extensiva de la zona de la catástrofe en Palomares. Se retiraron 1.400 toneladas de tierra y vegetación contaminadas que fue enviada a un almacén nuclear en Carolina del Sur para su almacenamiento definitivo en 4.818 bidones. Se calcula que el 15% del plutonio, unos 3 kg en estado natural, en óxidos y en nitratos, quedó, irrecuperable, esparcido en forma pulverizada. Ahora, Palomares es la localidad más radiactiva de España. Y el problema continúa.

Final de la Óperation Chrome Dome
La base aérea militar de Thule se encuentra en Groenlandia (Dinamarca). Aquí ocurrió en  1968 un grave incidente que involucró a un B-52 estadounidense que transportaba 4 bombas nucleares de hidrógeno como parte de la Operación Chrome Dome. Mientras el avión volaba sobre la bahía de Baffin, al sur de la base, se detecto fuego en su cabina y antes de que pudiera realizar un aterrizaje de emergencia en la base de Thule, los miembros de la tripulación se vieron obligados a abandonar el avión. Seis de ellos se eyectaron con seguridad pero otro tripulante, sin asiento eyector, murió al intentar salir del avión. El avión se estrelló en las aguas congeladas de la bahía que limita con la base aérea con lo que la carga se esparció por el terreno, causando contaminación radioactiva. Tanto el gobierno estadounidense como el danés lanzaron una operación de limpieza y recuperación, pero parte de una de las armas nucleares nunca fue recuperada. Esto significó el fin de la Operación Chrome Dome. La revista Time en marzo de 2009 clasificó el evento como uno de los peores desastres nucleares.