ARTE FENICIO |
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Este sarcófago antropoide
fueencontrado en Punta de Vaca (Cádiz) el año 1887. Este tipo de
sarcófago se encuentra fundamentalmente en Sidón y en otros puntos
del Mediterráneo. El autor, de origen griego o formado en Grecia,
pone su arte al servicio de los comerciantes fenicios. Los
sarcófagos están basados en modelos egipcios, y sus rasgos tienen
gran interés, ya que debían ser un retrato del difunto (aunque
idealizado por el autor), para garantizar su inmortalidad. El
sarcófago consta de dos partes; la tapa y la caja (ambas en mármol)
y dentro de él va el difunto en una caja de madera.. En la tapa es
donde va esculpido el retrato, en este caso la representación de un
hombre con barba, con una larga túnica y en el brazo que reposa en
el pecho lleva en su mano una granada (símbolo funerario griego), y
en la otra mano una corona de flores, casi inapreciable porque no
fue tallada sino pintada. Realizado en mármol, impresiona sobre todo
por su serenidad y majestuosidad. Hay una gran parte de idealización
en la figura, pero también hay zonas con detalles muy realistas,
como los pies, que presentan algunas imperfecciones físicas del
difunto. Se le data en el año 400 a.C. |
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En 1980 se encontró otro sarcófago
antropoide en Cádiz, en este caso de una figura femenina. La cabeza,
en altorrelieve, corresponde a los rasgos de una mujer joven peinada
con tres filas de bucles en forma de bolas. El rostro tiene una
expresión serena y reposada. Los ojos son grandes y de párpados
gruesos, la nariz recta y la boca pequeña. El cuello queda indicado
por una pequeña depresión que parece imitar el borde superior de la
túnica. El vestido es liso, sin pliegues ni cinturón, no se marcan
las mangas y debe pensarse que todos los complementos decorativos se
indicarían mediante pintura, que ya no se observa. La única
policromía que permanece es la del pelo, de color rojizo. La mano
derecha está extendida y abierta, mientras que la izquierda se
pliega sobre un alabastrón alargado. La descomposición de los
restos humanos y de las envolturas con las que se habían preparado
formaron una capa homogénea de tierra ennegrecida, posiblemente por
la penetración de algunas raíces, que tenía unos siete centímetros
de profundidad y en la que se contenían los huesos y algunos
objetos. Sólo quedaban por encima de este relleno la parte superior
del cráneo y la arista externa de las tibias. |
ARTE DE TARTESSOS |
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Aliseda se encuentra a 28 kilómetros de
Cáceres. El tesoro fue
descubierto en 1920 de manera fortuita en Aliseda por un muchacho al
sacar tierra para un tejar . Está formado por un conjunto de
joyas en oro y plata, entre las que destacan una diadema, un
cinturón, brazaletes, collares, pendientes, sortijas y un plato.
Algunas de las piezas pueden
fecharse hacia el siglo VII a. de J.C.
Es una colección no homogénea ya que
existen piezas importadas y otras producidas en talleres
peninsulares, posiblemente muchas de ellas se crearon en un taller
orientalizante existente en Extremadura o en el Bajo Guadalquivir.
La mayoría de las alhajas están realizadas y decoradas con técnicas
orientales, procedentes de la colonización fenicia, o a la manera
oriental como el repujado, el laminado, la filigrana o el granulado. |
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Esta es una diadema de tipo ibérico,
afiligranada, compuesta de muchas piezas unidas y articuladas,
formando una faja de rosetas y festones con una caída de bolitas
pendientes de cadenillas y terminada por los extremos en sendas
placas triangulares para adaptadas a los temporales. En una de las
rosetas conserva una turquesa y en otros huecos o cajillas restos de
la pasta que sujetó las demás piedras que enriquecieron este
aderezo. Mide 0,20 m y pesa 60 gramos. |
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A un par de kilómetros
de Sevilla, en uno de los pequeños cerros, a los que
llaman carambolos, en el término municipal de
Camas, se encontró casualmente en 1958, casi
en la superficie un brazalete de oro de 24 quilates
y de un incalculable valor arqueológico. En un
recipiente de barro cocido encontraron muchas otras
piezas .
El tesoro está
formado por 21 piezas de oro de 24
quilates, con un peso total de 2.950
gramos. Joyas profusamente
decoradas, con un arte fastuoso, a
la vez delicado y bárbaro, con muy
notable unidad de estilo y un estado
de conservación satisfactorio. Se ha
establecido que estas piezas
pertenecían, fijando un amplio
margen de error, a un período
comprendido entre los siglos VIII y
III antes de Cristo. Mientras
algunas opiniones coinciden en que
todos estos adornos de oro
posiblemente eran portados por una
sola persona (tal vez un hombre,
como en la imagen superior) en
momentos de máxima representatividad
u ostentación, otras se decantan por
la hipótesis de que podría tratarse
de adornos para alguna estatua
ritual, posiblemente un toro.
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ARTE CELTA |
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En la zona de Galicia y Asturias, las
casas están en recintos amurallados en la cima de montículos que se llaman
castros, como
este de Baroña (La Coruña. Tienen en el interior de las murallas casas
ovaladas, rectangulares o circulares. Estas casas presentan una parte baja de
piedra, para ser continuadas con barro; se las cubre con ramas de brezo. en la
imagen se han reconstruido por ordenador las casas. |
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La Diadema de Ribadeo está repartida en
seis fragmentos diferentes
por varios museos del mundo, entre ellos, el Musée d’Antiquités
Nationales de Saint-Germain-en-Laye, en el Museo del Louvre y en el
Museo Arqueológico Nacional de Madrid. El
fragmento que aparece en la foto se encuentra en éste último museo.
Presenta una decoración de carácter militar: guerreros en distintas
posiciones marchan en fila, unos a caballo y otros a pie empuñando
las armas y entre ellos circulan hombres que cargan con cubos. La
escena parece desenvolverse en un medio fluvial, tal como parecen
demostrar los peces, ranas y aves que llenan los fondos. El
puntillado de los espacios vacíos es la representación del río. Sin
duda, esta diadema es la más importante y hermosa muestra de tema
figurativo con la que contamos en el ámbito de la cultura castreña.
Se nota la influencia ibera.
No está muy claro la funcionalidad
de esta pieza, pero los expertos le dan varios usos, como adorno
para el cabello, el cuello o un pierna, o como utensilio para
sujetar la ropa.
Se realizó entre los años 1500 y 700
a.C. |
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Un torques es un collar rígido y redondo, que esta abierto en
la parte anterior, como una herradura circular. Típicamente las dos
puntas del torques presentaban ornamentos esculpidos con esferas,
cubos, o formas zoomórficas, y con menor frecuencia figuras humanas.
Los toques eran utilizados por varios pueblos de la Edad de bronce,
desde 1000 a.C., hasta el siglo II a.C., incluyendo a los gálatas (o
celtas de Anatolia), varias tribus germánicas de Escitia y a los
persas. Sin embargo, es ampliamente conocido como un collar
típicamente céltico, de la época de La Tène, llevado sobre todo por
bretones, galos, e íberos. Los torques, de plata u oro, eran tanto
adornos de prestigio como símbolos sagrados para los celtas. Los
portaban sobre todo los guerreros y caudillos, pero también mujeres
y las representaciones de sus Dioses patrios.
El de Burela (Lugo) (en la imagen) es un ejemplo de torques
áureo castreño compuesto por una varilla decorada con alambres
enrollados en sus dos tercios inferiores y filigrana en forma de
ochos entrelazados en la parte central externa y terminados con
unos remates volumétricos. En cuanto a su uso podemos decir que,
aunque parece ser utilizado por varones de un determinado rango
social, el de Burela, debido a su excepcional peso (1.800
gramos) y dimensiones, parece más bien que estaría destinado a
otra finalidad, bien fuese como ofrenda, como una joya votiva o
como símbolo de poder usado en contadas ocasiones por las
personas más representativas de la comunidad (como es el caso de
las coronas reales a lo largo de la historia).
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ARTE IBÉRICO |
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El Periodo clásico (450-235 a.C.)
del arte ibérico supone la afirmación de las
peculiaridades indígenas. Si el arte griego arcaico era aceptado por los
iberos, tal vez el cambio al arte clásico en Grecia no lo fuera de la misma
forma. El vacío dejado por el arte griego clásico, que no entienden bien, se compensa con
la aportación del
barroquismo púnico influye en la ornamentación de collares, colgantes,
arracadas, diademas, etc. de obras de este momento. La
Dama de Elche,
[abajo] de finales del siglo V a.C., es, tal vez, una divinidad protectora del difunto;
el agujero que tiene detrás serviría para contener las cenizas. En la
Dama de Baza,
[arriba] de cuerpo
entero, se aprecia mejor cómo el ibero se aparta de lo griego. La cabeza es
como la de Elche, pero en el resto del cuerpo, se sigue con la frontalidad y
el hieratismo. |
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Reconstrucción de la imagen con pintura |
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