Fernando VII (Goya) |
En 1814, el
Ayuntamiento de Santander encarga a «un buen Maestro» la
realización de un retrato de Fernando VII. El encargo recae en Goya,
quien cobra por su realización ocho mil reales de vellón. El retrato
tenía como función presidir el salón de sesiones del Ayuntamiento,
siendo exhibido en determinadas celebraciones desde la balconada
principal del Consistorio. Con el tiempo, el lienzo pasó al olvido;
tanto, que durante muchos años se consideró salido del pincel de un
imitador del aragonés. Fue el pintor cántabro Joaquín González
Ibaseta (?-1925) quien vio la mano de Goya en el retrato. El 30 de octubre de 1948
se traslada definitivamente al Museo de Santander donde hoy se
exhibe junto con la reproducción facsimilar de la documentación del
encargo, aceptación y recibo de entrega, en la que están plasmadas
las firmas autógrafas del artista y del entonces alcalde de la
ciudad Juan Nepomuceno de Vial. |
Otros retratos de Fernando VII |
Hijo, hermano, cuñado y padre de pintores, la vida de Zacarías González Velázquez (Madrid, 5/11/1763-Madrid, 31/01/1834) puede considerarse como un paradigma de cómo debía ser un pintor según los cánones que impuso el gobierno borbónico a través de la Academia de Bellas Artes de San Fernando. La biografía y actividad pictórica de Zacarías González Velázquez no puede entenderse sin la existencia de dicha Academia de la que llegó a ser Director General por nombramiento de 19 de marzo de 1828. Durante la guerra contra los franceses permanecerá en Madrid incorporándose a los pintores de Cámara de José I aunque, tras la vuelta de Fernando VII, no tendrá ningún problema para reincorporarse al servicio de dicho monarca quizá por la influencia que pudo ejercer el infante Carlos María Isidro de Borbón, personaje al que estuvo vinculado en la última etapa de su vida. Tal es así que los futuros nombramientos de González Velázquez en esta institución se produjeron cuando el infante era Jefe Protector de la Academia. La muerte de Zacarías González Velázquez estuvo rodeada del relativo olvido en el que su figura cayó tras su abandono de la Dirección de la Academia. Su vinculación al infante Carlos María Isidro, su verdadero valedor durante el reinado de Fernando VII, propició, tras la muerte de éste y las aspiraciones de aquél al trono, una postergación de la figura de González Velázquez que puede servir como ejemplo de los nuevos tiempos que corrían en la Academia. En elmundo del retrato cab e destacar los retratos que hizo de Fernando VII, como el que vemos en la parte superior. |
La propaganda a través de la pintura |
La obra de José Aparicio (Alicante, 16/12/1770-Madrid 10/05/1838) debe enmarcarse en dos parámetros que explican su producción y la sitúan adecuadamente en su contexto histórico: el gusto neoclásico consecuencia de su aprendizaje junto a David y la vinculación con el rey Fernando VII. La crítica liberal desautorizó sus cuadros basándose exclusivamente en el contenido propagandístico de los mismos. Fue uno de los principales propagandistas pictóricos del reinado de Fernando VII y de la propia figura del rey, muy consciente del trabajo que estaba desempeñando con el que, por otra parte, estaba completamente identificado. En 1807 se trasladó a Roma para seguir su proceso de aprendizaje. Vuelve a la península en 1815. Tras su llegada fue nombrado Pintor de Cámara de Fernando VII en agosto de 1815 con un salario anual de 6.000 reales. Ese mismo año fue nombrado académico de mérito de la de Bellas Artes de San Fernando. Asentado en Madrid, José Aparicio empezó a trabajar en cuadros de función propagandística clara con una serie de lienzos de gran tamaño, de tema patriótico y propagandístico que marcarán el resto de su carrera. En 1818 realizará El hambre en Madrid. Tras el trienio liberal, desde 1823 a 1827, pintará la que será su obra más importante, El desembarco de Fernando VII en Puerto de Santa María, hoy destruido. En él se concentran las características de su pintura: colosalismo en las dimensiones, técnica neoclásica, tema patriótico y propaganda política al servicio del rey. Esta obra le valió el absoluto reconocimiento del poder político siendo nombrado el 22 de febrero de 1829 académico de mérito de la Academia de San Carlos de Valencia y, posteriormente, Teniente Director de la Real Academia de San Fernando. |
Fusilamiento de Torrijos y sus compañeros (Gisbert) |
José María de Torrijos y Uriarte (1791-1831) sintió la de vocación militar
desde pequeño. Ingresó en la Academia militar de Alcalá de Henares
donde le sorprendió la guerra de la Independencia (1808-1814) contra
los franceses. Es ascendido a coronel y en 1813 contrae matrimonio
con Luisa Carlota Sáenz de Viniegra. Al finalizar la guerra obtendrá
la graduación de general. La restauración absolutista de Fernando VII al volver a España anula la Constitución de 1812. Torrijos toma
partido por los liberales del Partido Progresista y no acepta partir
para América a combatir contra los independentistas. En 1817 el
general Torrijos participa en la conspiración fallida del general
Lacy para levantar al ejército en Andalucía y por ello es llevado a
prisión. Con la rebelión victoriosa de Rafael de Riego en 1820 es
excarcelado y durante el trienio liberal es nombrado Comisario de
guerra (1823), dirigiendo la resistencia contra los Cien Mil Hijos
de San Luis, el ejército francés enviado por las potencias europeas
para reponer a Fernando VII en el trono absoluto. Tras ser derrotado
en Cartagena, Torrijos y su mujer parten hacia Marsella y de allí a
Inglaterra (1824), donde con algunos de los españoles exilados cofundará la llamada Junta de Londres. En septiembre de 1830
llega a Gibraltar donde se reúne con antiguos colaboradores.
Intentan en varias ocasiones penetrar en España a través de
Algeciras, pero todas las tentativas fracasan, obligando a Torrijos
a buscar el refugio de Gibraltar. Viendo imposible actuar en el
Campo de Gibraltar por la extrema vigilancia realista, Torrijos
decide desembarcar en Vélez Málaga, confiando en que con su
presencia las tropas de Málaga primero, y luego las de toda
Andalucía se rebelarían contra el rey Fernando VII. Pero es víctima
de un plan urdido por el antiguo compañero de armas y ahora
gobernador de Málaga, Vicente González Moreno, para conseguir su
captura. José de Espronceda escribió el siguiente soneto en su memoria: A la muerte de
Torrijos y sus compañeros |