GALERÍA DE RETRATOS

Antonio María Esquivel (Sevilla, 1806- Madrid, 1857) nació en una familia acomodada; el fallecimiento de su padre en la batalla de Bailén marco su infancia. A pesar del altibajo económico que el fallecimiento del padre causó en la economía familiar, ello no impidió para que emprendiera estudios y se iniciara en el arte en la Academia de Bellas Artes de Sevilla. En 1839 queda ciego a causa de un herpes, este hecho sirvió de pretexto a sus amigos y a él mismo para toda clase de excesos de sentimentalismo romántico, incluyendo un intento de suicidio. Pero gracias a la ayuda de muchos amigos suyos logran recaudar un dinero para que marche al extranjero a la consulta de los más eminentes oftalmólogos de la época. Esquivel logra recuperar la vista y en 1841 vuelve a Madrid. En 1843 es nombrado Pintor de Cámara y cuatro años más tarde es nombrado académico de número de San Fernando. Esquivel debe su fama a sus retratos, que cuentan entre lo mejor de la pintura romántica española. Pintor maravillosamente dotado y retratista de primer orden, le perjudicó su rezagada afición murillesca. En la imagen superior, retrato del general Prim.

Josep Cusach i Cusach nació en Francia de modo accidental, ya que sus padres se encontraban de viaje en ese país, pero su arte y su vida estarían siempre vinculados a dos localidades: Barcelona y Mataró. En 1865 y tras aprobar una oposición, ingresa en la Academia Militar de Artillería de Segovia, comienzo de una larga carrera militar, llegando a ser Capitán del Ejercito, por meritos de guerra, en el año 1874. La primera noticia acerca de su actividad artística, es como caricaturista y cronista de una España sumida en una vorágine de acontecimientos políticos, en la cual estaba inmerso debido a su condición de militar. Tras abandonar voluntariamente el ejercito en 1882, debido, en parte, al éxito que rápidamente obtuvo su producción artística, diversifica la temática de sus obras, aunque sin abandonar del todo las escenas militares y el motivo del caballo, al cual será fiel durante toda su obra. Estilísticamente era un hombre abierto a la innovación, pero siempre tamizada por el filtro de la valoración y la meditación, adoptando aquellos aspectos que consideraba validos y desechando los que no.  En 1884 la inauguración de la renovada Sala Parés de Barcelona y la participación de Cusachs con cuatro óleos, va a hacer que se liguen sus destinos de manera indisoluble, el del artista y el de la galería. En 1890 ya era expositor habitual, presentando novedades cada semana. Hasta tal punto fue así, que a la muerte del pintor la sala entro en la mas absoluta decadencia. En la imagen superior, retrato del general Prim.