Un equipo de paleoantropólogos etíopes y alemanes ha encontrado en Etiopía el fósil de una niña de hace 3,3 millones de años, el más antiguo jamás encontrado. Las conclusiones del estudio, que publican las revistas 'Nature' y 'National Geographic', determinan que estos primitivos homínidos, de la especie 'Australopithecus afarensis', caminaban erguidos, aunque no eran capaces de hablar.
La niña más antigua del mundo, de unos tres años de edad, murió siendo aún lactante cerca del antiguo río Awash, en lo que hoy es el yacimiento de Dikika, en Etiopía. Su cuerpo quedó sepultado bajo guijarros y arena tras una riada -que quizá incluso fuera causa de su muerte- y los restos arqueológicos quedaron protegidos de la intemperie, por lo que han sido encontrados en muy buen estado, aunque prácticamente soldados a una espesa capa de matriz. Tan densa que Alemseged Zeresenay, el responsable de la excavación, ha pasado los últimos cinco años, desde que halló los diferentes huesos, separando la dura arenisca con un taladro de dentista, limpiando vértebras y costillas diminutas hasta dejar a la vista los detalles anatómicos de la pequeña.
Eso sí, la recompensa al durísimo trabajo de limpieza ha sido enorme: unos detalles nunca antes vistos en un fósil de australopiteco, entre ellos el juego completo de dientes de leche y varios molares todavía sin salir, buena parte de las costillas, la columna e incluso uno de sus dedos, aún flexionado, como agarrando algo.
Pero el que sin duda más llama la atención de los científicos es un pequeño fragmento óseo alojado en la garganta: el hioides. "Su estudio es clave para determinar si estos homínidos tenían capacidad de hablar", señaló a elmundo.es Carles Lorenzo, especialista en homínidos del equipo de investigación de Atapuerca.
Hasta ahora sólo se habían hallado tres hioides en todo el mundo, todos ellos de ejemplares adultos y los más antiguos -encontrados en la Sima de los Huesos de Atapuerca- de unos 400.000 años de antigüedad. "Analizando este hueso podemos conocer el aparato fonador humano, lo que sirve para determinar si estos homínidos tenían capacidad de hablar o no", remarcó Lorenzo. El hioides de la niña hallada en Etiopía es muy similar al de un chimpancé, "lo cual no es sorprendente, pero sí confirma que estos homínidos sólo eran capaces de emitir sonidos guturales y chillidos, pero no tenían capacidad de hablar", apuntó.
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Zeresenay pertenece a una nueva generación de paleoantropólogos etíopes. Dirigió su primera expedición en 1999, cuando a la cabeza de un grupo de cazadores de fósiles se internó en la depresión de Afar, una zona castigada por el calor extremo, la malaria, las riadas y los tiroteos entre grupos étnicos rivales.
El 10 de diciembre del año 2000, cuando los miembros del equipo salieron bajo el sol abrasador de Etiopía en busca del botín -los fósiles-, uno de los miembros de la expedición, Tilahun Gebreselassie, vio la carita de la niña. "No era más grande que la de un mono, pero con la frente lisa y los caninos cortos", señaló el arqueólogo a la revista 'National Geographic'. Las posteriores excavaciones permitieron descubrir que detrás de la cabeza, en una endurecida bola de arenisca, se conservaban buena parte de los huesos de la mitad superior del cuerpo.
Según los primeros datos hechos públicos por el equipo científico, de cintura para abajo la niña de Dikika era muy parecida a nosotros. Una de sus rodillas, de aspecto muy similar a las de los actuales humanos, conserva la rótula, del tamaño de un guisante seco, y los huesos del pie y el tobillo encontrados permiten determinar que su modo de andar era caminando sobre los dos pies.
Sin embargo, de cintura para arriba la niña era mucho más parecida a un chimpancé que a un hombre, con muchos rasgos simiescos: el cerebro era pequeño, la nariz chata -como la de los chimpancés- y la cara alargada y protuberante. Los huesos de los dedos eran curvos y casi tan largos como los de un chimpancé, y sus omóplatos -los primeros hallados completos de un australopiteco- indican a los científicos que estos homínidos eran capaces de desplazarse saltando de rama en rama.
"El análisis detallado de estos huesos es una de las tareas más emocionantes que nos aguardan en los próximos años", señala Zerenesay en la revista. "No es la primera vez que encontramos huesos de niños de 'Australopitecus', pero siempre habían sido huesos sueltos. Éste es un esqueleto casi completo, y eso nos dará pistas muy importantes sobre el desarrollo y evolución de estos homínidos", destacó Lorenzo.
El fósil de la niña es uno de los más completos hallados hasta la fecha de los 'Australopithecus afarensis', la misma de uno de los más famosos cráneos jamás encontrados: el de 'Lucy', una hembra descubierta en los años setenta.