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Paleta de los Cazadores. Pizarra. Longitud, 30'5 cm.
Hacia 3100 a. C. Museo Británico. Esta paleta, de la que se conservan dos
fragmentos en el Museo Británico y uno en el Museo del Louvre, es una de
las más notables de su época. Tiene una decoración simétrica con respecto
a los lados grandes; las figuras humanas se ajustan al borde en dos grupos
separados por animales. Aunque nada lo explicite, se ha intentado alinear
a los personajes. Está ricamente decorada, sugiriendo que vino del
enterramiento de una persona muy importante. Sugiere también que era
puramente ceremonial, aunque el área circular indica todavía su propósito
original. La escena de caza se puede interpretar como la lucha entre
humanos civilizados y las fuerzas de caos, simbolizado por la tierra
virgen y animales feroces. |
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Paleta del "Campo de
Batalla". Pizarra. Hacia 3150 a. C. Probablemente procede de Abydos.
Anchura, 20 cm. Museo Británico. Las paletas de pizarra son objetos
típicos del periodo Predinástico. La función básica de las paletas era
como superficies para moler cosméticos, lo que no impedía que se diera
importancia a su decoración. En algún momento empezaron a ser usadas para
conmemorar acontecimientos, con lo que esta función desplaza a su uso
práctico, lo que se puede comprobar en el hecho de que la superficie
decorada apenas deja espacio para usarla para su función original.
La interpretación de las escenas de estas paletas es a menudo
difícil cuando ignoramos casi todo acerca de su contexto. La paleta del
"Campo de Batalla" muestra a unos hombres encadenados y a cadáveres
atacadas por un león y un buitre. Se asume que son enemigos caídos en la
batalla, y a veces se ha interpretado que el león representa
simbólicamente a un gobernante o al rey. Sin embargo, no podemos pasar de
la especulación en cuanto al papel que desempeñan otros dos personajes de
los que se conserva la parte inferior del cuerpo. Uno de ellos, desnudo,
apoya el pie sobre un hombre caído en tierra, mientras el otro, a su lado,
lleva una vestidura larga, claramente originaria de Oriente Próximo.
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Paleta en forma de pez. Pizarra. Longitud, 18'5 cm. Hacia 3000 a. C.
(Kunsthistorisches Museum, Viena). Esta paleta de pizarra para moler los
pigmentos minerales se realizó con la forma de un pez común en el Nilo. El
área para frotar y mezclar el color está separada por un anillo que se
encuentra rodeado de diversas formas de vida en el agua, como un pez, un
cocodrilo, una cigüeña y un ganso. El ojo estaba realizado con un
fragmento de hueso incrustado. Bajo la boca tiene un orificio para pasar
una cuerda y colgar la paleta. |
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Paleta enmarcada por cuadrúpedos, hienas o licaones. Pizarra. Altura, 32
cm; longitud, 17'7 cm. 3300-3100 a. C. Museo del Louvre. A fines de la
prehistoria, se depositan cerca del muerto paletas recortadas en pizarra,
sobre las cuales se molía el polvo para ojos. Algunos ejemplares más
tardíos son de gran tamaño y llevan decoraciones que constituyen los
primeros testimonios del arte del bajorrelieve egipcio. Éste une el
relieve y la técnica de la silueta recortada para componer los cuatro
molosos que constituyen el marco. Por un lado, un animal monstruoso con el
cuello desmesurado, cercano a las criaturas del arte mesopotámico. Por el
otro, dos jirafas nos recuerdan que el bajo valle del Nilo estaba por
entonces rodeado de sabana. |
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Paleta del rey Narmer, de
pizarra; tiene una altura, 63 cm. Museo Egipcio de El Cairo. Esta paleta
ceremonial es la obra mejor conservada de las encontradas, la que se ha
identificado con mayor precisión y la más bella de las que pueden fecharse
en los primeros años del arte dinástico. Tanto en la composición de conjunto como en los
detalles, la Paleta de Narmer muestra ya alguna de las convenciones
propias del arte egipcio: la disposición de la narración en registros, con
las figuras alineadas; los diferentes tamaños de los personajes en función
de su importancia, y la manera característica de representar el cuerpo
humano en dos dimensiones.
Las paletas son uno
de los documentos más antiguos donde se puede conocer la historia de
Egipto. Se datan en el período Predinástico, y se encuentran en las áreas
de asentamiento del Gerzeense o Nagada II
(3600–3200 a.C. aproximadamente), cultura muy difundida que se puede
encontrar incluso en la Baja Nubia. En un
principio su función era la de servir de soporte para los pigmentos,
cremas, aceites, etc., que se aplicaban en el cuerpo, aunque era común
encontrarlas dentro de ajuares funerarios o como ofrendas en los templos. |