ARQUITECTURA MANIERISTA

Basílica de Vicenza


1.- Características generales

2.- Italia

3.- España

4.- Salir

 

Obra de Antonio Gabello. Venecia

 


1 .- Características generales

El concepto de manierismo ha aparecido tarde en el plano de la investigación histórico-artística, y hoy todavía tiene un matiz peyorativo que dificulta la comprensión del estilo como una categoría puramente histórica, sin que lleve implícito un juicio de valor.

El origen del Manierismo hay que buscarlo en Roma y Florencia. Su primera manifestación se da en el campo pictórico, con Pontormo, Beccafumi, los rafaelistas y principalmente con la obra de Miguel Ángel. Se trata de una reacción anticlásica que cuestionaba la validez del ideal de belleza defendido en el Alto Renacimiento. El manierismo se preocupaba por solucionar problemas artísticos intrincados, como desnudos retratados en posturas complicadas. Las figuras en las obras manieristas tienen frecuentemente extremidades graciosas pero raramente alargadas, cabezas pequeñas y semblante estilizado, mientras sus posturas parecen difíciles o artificiales, es decir, alla maniera.

Su origen etimológico proviene de la definición que ciertos escritores del siglo XVI, como Giorgio Vasari, asignaban a aquellos artistas que pintaban "a la manera de...", es decir, siguiendo la línea de Miguel Ángel, Leonardo o Rafael, pero manteniendo, en principio, una clara personalidad artística. El significado peyorativo del término se utilizará más adelante, cuando esa "maniera" fue entendida como una fría técnica imitativa de los grandes maestros.

El momento de aparición se centra en torno a 1520. Se convierte en un estilo grato a mecenas y expertos, por lo que se propaga rápidamente, como una moda. Los artistas del primer grupo son romanos y muy viajeros. La difusión del estilo se ve favorecida por diferentes circunstancias: la epidemia de 1522, el nefasto pontificado, artísticamente hablando, de Adriano VI, el saco de Roma de 1527; la proliferación de pequeños bronces y terracotas. La abundante labor de los grabadores lo hace accesible en toda Europa, al menos en potencia. En 1530 ya se ha instalado en Fontainebleau.
Pero el manierismo fue siempre italiano, y cuando lo encontramos fuera sigue modelos italianos. Su propagación fue una consecuencia del dominio cultural de Italia en esta época, que compensaba en los artístico el sometimiento político y militar que sufría.
En los países no italianos, el gótico continuó hasta bien entrado el XVI. El hecho de que algunas características, sobre todo del tardo-gótico, vayan en la misma tendencia a la elegancia, complejidad, preciosismo... que el manierismo, no debe llevarnos a la confusión. Sólo cuando los motivos son claramente manieristas se debe dar a las obras de otros países el título de manieristas.
En 1530 está ya consolidado en Italia y en 1570 se percibe ya un claro agotamiento del estilo en las obras religiosas de Italia.

Se trata de una reacción anticlásica que cuestionaba la validez del ideal de belleza defendido en el Alto Renacimiento. El manierismo se preocupaba por solucionar problemas artísticos intrincados, como desnudos retratados en posturas complicadas. Las figuras en las obras manieristas tienen frecuentemente extremidades graciosas pero raramente alargadas, cabezas pequeñas y semblante estilizado, mientras sus posturas parecen difíciles o artificiales es decir alla maniera.

Causas

Las convicciones estéticas presentes en el entorno del artista, que pueden llegar incluso a modas, las condiciones de los patronazgos, son los factores más relevantes que influyen en el proceso de creación artística, más incluso que los hechos políticos, militares o económicos.
La sorprendente licencia facilitada por la tradición crítica de la Antigüedad, sobre todo en lo referente a la pura decoración y a los embellecimientos no funcionales, facilitan el nuevo estilo. Y aunque el juicio y buen gusto deben ser frenos a los excesos del estilo, nunca, ni en la Antigüedad, se ha trazado una línea divisoria clara ni una escala precisa para poder medirlos.
No solo las obras de Miguel Angel, sino también las de Rafael llevan ya elementos de disolución del arte clásico. ¿Por qué esta brevedad en el tiempo en que dominan sin alteración los principios clásicos? Quizás porque el equilibrio que encontró su expresión artística en el clasicismo del cinquecento fue desde su comienzo más bien un ideal soñado y una ficción que una sólida realidad, y el renacimiento siguió siendo hasta el final una época esencialmente dinámica, que no se tranquiliza con ninguna solución. En el XVI, lo mismo que en cualquier otra época, las opiniones diferían de una a otra persona. La lectura de Vitruvio y Plinio llevó a esas gentes al convencimiento de que la arquitectura y escultura de la antigüedad habían evolucionado hacia la elegancia de proporciones y al refinamiento del detalle. Así hay una conciencia de que el siglo XV había sido todavía subclásico por su sencillez y falta de elegancia, y que en el XVI se iba hacia un buen estilo, que el manierismo continúa.
No cayeron en la cuenta de que el Alto Renacimiento fue un momento de equilibrio entre la claridad y la adecuación a un fin y la elegancia y las gracias del adorno (que emana de modo natural del tema, sin originarse en una motivación extrínseca). Por eso el manierismo traspasó, con mucho, el punto medio.
El manierismo no surge, por tanto, como reacción al Alto Renacimiento (1480-1520), ni en oposición a él, sino como prolongación lógica de alguna de sus tendencias y realizaciones. El nuevo concepto de la obra de arte, concebida como algo que se debe superar en perfección a partir de lo "clásico" (el XV o los grandes maestros del XVI) lleva a considerar la obra como un ejemplo de "virtud" única, sin importar el tema, el tamaño, ni siquiera el medio artístico empleado, lo que origina dos consecuencias para el artista: el concepto de la obra de arte como realización perdurable de un virtuoso (algo estupendo) y el concepto de obra de arte "absoluta". Esto no hay que confundirlo con el Arte por el Arte. El manierista busca la aprobación del público, y el estímulo de esta reacción es más importante que nunca en la función de la obra. Dentro de la función de la obra disminuye el aspecto devocional, lo práctico, lo ceremonial, y aumenta lo autosuficiente, lo absoluto: cuanto más arte, mejor.
El artista se siente en una actitud nueva de creación, de derecho a inventar, incluso a manipular la naturaleza. Hay una creciente conciencia del artista concibiéndose a sí mismo en el proceso de creación. Esto hace que el público tome también interés por el genio creador. Publicar un grabado de la Transfiguración de Rafael era algo normal, pero es sorprendente publicar en 1520 un estudio preparatorio en el que todas las figuras aparecen desnudas. Esto sólo se puede explicar por el interés en este momento del público por el papel del artista como creador.

 

 

 

 

 

Villa Farnesina

 

 

 

 

 


2 .- Italia

A lo largo del todo el siglo XVI, pero sobre todo en la segunda mitad, en el tiempo que sigue a la muerte de Miguel Ángel, aparecen ciertas peculiaridades en la arquitectura que se suelen conceptuar de manieristas. El manierismo se aficiona a lo complicado. Son recursos manieristas el cortar una línea de pilastras con la prolongación del entablamento de una ventana contenida dentro; o el hacer convivir un orden de grandes dimensiones con otro pequeño; introducir balcones y ventanas en el entablamento; etc. En la arquitectura manierista, los edificios pierden la claridad de composición y pierden solemnidad con respecto al clasicismo pleno. En los edificios se multiplican los elementos arquitectónicos, aunque no cumplen una función arquitectónica. Finalmente, la decoración gusta por compartimentar las fachadas de los edificios.

Vignola escribió el "Tratado de los órdenes", donde estudió los órdenes griegos y romanos. La Iglesia del Gesù, en Roma ofrece el modelo de arquitectura de la Contrarreforma, sobre todo de las iglesias de la Compañía de Jesús. Tiene planta de cruz latina y el transepto apenas sobresale. Es de nave única con capillas laterales entre los contrafuertes con poca luminosidad (ideales para la meditación). Sobre éstas hay una tribuna. En el crucero hay una cúpula. El interior está decoradísimo.

Giacomo della Porta realiza la fachada de la Iglesia del Gesù. Es similar a la de Santa María la Novella, típica de los jesuitas. Hay dos cuerpos separados por entablamento, pero unidos por alerones. Tiene frontón con entrantes y salientes (antecedente del barroco).

Andrea Palladio (1508-1580) es discípulo de Miguel Ángel, y el mejor representante del clasicismo romano. Trabaja fundamentalmente en Vicenza. Su arquitectura marca el sendero de la inglesa en el siglo XVII y más tarde de la neoclásica. La obra más célebre es villa Capra, en los alrededores de Vicenza, conocida vulgarmente como la Rotonda de Vicenza. Es una original construcción, consistente en un cuadrado cubierto con cúpula, ofreciendo pórticos en los cuatro frentes, que son imitación de los templos romanos, precedidos incluso de escalinatas.

En la basílica de Vicenza suprime el adorno. Los arcos se apoyan en dobles columnas exentas y las enjutas se perforan con óculos. Además, la monumentalidad se acrece al colocarse al lado de las columnas que sustentan los arcos, otras grandes que reciben el entablamento, lo que provoca en la vista la ilusión óptica de una mayor tamaño, debido al desnivel de proporciones.

La tendencia a la búsqueda de prolongadas perspectivas y el uso de estatuas se aprecia especialmente en su última gran obra, el teatro Olímpico de Vicenza. Se inspira Palladio en los teatros romanos, pero da a la obra un carácter de ilusión, de irrealidad y de escenografía, que bien puede conceptuarse de barroco.

Sus obras religiosas se concentran en Venecia. San Giorgio Maggiore es un ello ejemplo de una fachada articulada por la conjunción de dos frontones.


      Piezas escenográficas

Una de las aportaciones más claras del manierismo a la historia del arte es la elevación de las fuentes a una posición destacada entre las manifestaciones artísticas. El ejemplo más conocido es el de tipo piramidal, con una figura central sobre un complejo zócalo y varias figuras periféricas alrededor de la taza. Más sorprendente es la creación en el XVI de la fuente escenográfica, tipo que irá asociado de modo natural con el barroco (Fontana de Trevi).

Se da un énfasis arquitectónico sin precedentes en las escaleras. Se pretende que sean una obra de arte por derecho propio tanto como una estructura funcional. En las épocas anteriores (salvo en algunos edificios monásticos medievales), e incluso en el Alto Renacimiento, la escalera ocupaba un lugar humilde en el diseño arquitectónico. La actitud cambió cuando Miguel Ángel puso una unidad arquitectónica al servicio de la escalera, de tal forma que la arquitectura debe su existencia a la escalera, y la trata como si fuese una capilla o un sepulcro.

El jardín era una forma artística consolidada mucho antes del manierismo. Sin embargo, el culto a lo artificial, tan propio del XVI, hace del jardín un campo apropiado para su expansión. La falta de documentación gráfica sobre los jardines del XV no nos permite hacer generalizaciones, pero parece que se caracterizaban por un equilibrio entre las bellezas de la naturaleza y el arte. El jardín del XVI es un producto más del hombre que de la naturaleza. La fuente del jardín es foco evidente de capacidad artística y es tan elaborada y costosa como las destinadas a las plazas públicas. El nuevo culto a las grutas sirve a los mismos propósitos artísticos. Su resurgir es de gran interés, pues eran elementos conocidos de los jardines de la antigua Roma.
 

 

 

 

 

Villa Farnesina

 

 

 

 

 

 


3 .- España

No se puede hablar en la España del XVI de un estilo manierista en arquitectura. Durante casi todo este siglo coexisten dos estilos diferentes e incluso opuestos: el gótico y lo que se puede llamar, por vía de asimilación renacentista, renacimiento, dada su tendencia a recuperar la antigüedad clásica. Este gótico que permanece durante el XVI es difícilmente interpretable como alternativa manierista, ya que el manierismo suponía una licencia en las reglas clásicas de Vitruvio.

¿Hay manierismo dentro de la corriente renacentista?. Esto ya es más difícil de decir, y requiere muchas matizaciones.

Desde luego, en el plateresco, que ocupa el primer tercio del XVI, no se puede hablar de manierismo.
Hacia mitad del XVI hay artistas que, formados en Italia, se aplican a la asimilación de lo italiano como reflejo de la antigüedad (Diego de Siloé, Machuca), lo que da otra corriente arquitectónica, aun empleando profusamente los grutescos. Los dos traen una arquitectura a la antigua, un renacimiento ornamental, lo que supone una arquitectura renacentista española. ¿Quisieron hacer manierismo?

No lo parece en el caso de Diego de Siloé. El caso de Machuca puede parecer diferente. El Palacio de Carlos V en Granada se ha querido analizar como una acogida temprana del manierismo. Pero ¿era posible en la España de 1527 hacer manierismo?. No, porque no había habido hasta entonces unas reglas de Vitruvio a las que quebrantar. La situación española, empezado el renacimiento, es distinta a la italiana, pues aquí estaban ya de vuelta del ortodoxo código clásico. Una obra como este palacio, que tiene una esquema planimétrico general (cuadrado y círculo), unos capiteles jónicos, unas estructuras puramente clásicas (como su patio adintelado y de columnas exentas), y con superposición canónica de órdenes, sólo puede ser llamado renacentista.

Lo que podría darse es una mímesis de rasgos, elementos o estructuras que normalmente se tienen por manieristas, pero no serlo verdaderamente. Incluso en el caso de imitar obras que en Italia eran tenidas por manieristas se pensaba que eran realizaciones correctas, pues Italia era la que daba la patente de corrección: "basta usarse en Ytalia donde es la primera de la arquitectura donde se hacen las invenciones de diferentes maneras". El mismo criterio es aplicable a la mayoría de las obras arquitectónicas hasta, por lo menos, el último tercio de siglo. Ya que el manierismo, como opción dialéctica, sólo era posible en España, como en Italia, cuando se tendía o se había llegado al clasicismo.

Por eso sólo se puede empezar a hablar de manierismo desde los años 50 en Andalucía, la adelantada del renacimiento español; pero esto tampoco de manera uniforme en cada autor. A finales de siglo hay en España dos corrientes: una sigue la maniera, favorecida por los grabados del manierismo internacional, procedentes de Flandes y la Francia de Fontainebleau, pero a su lado está El Escorial con su clasicismo.

Como conclusión, no parece que pueda aceptarse en arquitectura el manierismo en España como un estilo característico del período, aun cuando apareciera en ciertos ambientes cortesanos, lúdicos o de placer, monumentos, pues era de importación y para particulares.

 

 

 

 

 

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