Una tradición recogida en el
Breviario de los Apóstoles del siglo VII afirma que el apóstol
Santiago predicó en España y tras su muerte fue enterrado en Galicia por
sus discípulos. Al hacer excavaciones en la catedral de Santiago y el la
plaza adyacente de La Quintana en los años 40 del siglo pasado, se ha
descubierto que la catedral está asentada sobre una gran
necrópolis. Según cuenta la Concordia de Antealtares, -el
primer testimonio escrito de los hechos, datado en 1077- un ermitaño
llamado Pelayo que vivía en Solovio, en el bosque de Libredón, empezó a
observar durante las noches resplandores misteriosos. Inmediatamente
informó del hallazgo a Teodomiro, obispo de Iria Flavia que fue a
aquel lugar encontrando que esa luz revelaba el lugar donde estaba
enterrada el Arca Marmárea. Al parecer, esta consistía en un recinto al
estilo de un mausoleo (similar a la recreación de la imagen superior). Tendría dos pisos. En el inferior, al que se accedía por una
escalera, en un sepulcro pétreo, reposaban tres cuerpos. Los atribuyó al
apóstol
Santiago el Mayor y sus discípulos Teodoro y Anastasio. Teodomiro visitó
a Alfonso II en su corte de Oviedo para informarle de tan fenomenal suceso. El
monarca organizó un viaje a este lugar rodeado de sus principales
nobles y, al llegar al citado "Campo de Estrellas" (Compostela),
ordenó construir una pequeña iglesia de estilo asturiano que ha
sido constatada por las excavaciones arqueológicas. Teodomiro trasladó
la sede episcopal a este lugar; murió en el año 847 (en las
excavaciones arqueológicas de 1955 ha aparecido su lápida sepulcral). |
El enclave compostelano adquiere gran importancia para la monarquía asturleonesa. Hay dos hechos que lo corroboran. De un lado, en el año 899 Alfonso III, El Magno, consagra una nueva iglesia (imagen superior) de mayores dimensiones y calidad artística que la levantada por Alfonso II. Un siglo más tarde, en el año 977 Almanzor destruye Santiago -aunque respeta la tumba- a sabiendas que se trataba del centro espiritual del enemigo cristiano. Es entonces cuando se decide levantar un nuevo templo que comenzará en 1075 por la cabecera. |
Bajo el reinado de Alfonso III, a finales del siglo IX, el obispo Sisnando I construyó un oratorio en un terreno cercado de una muralla. Surge así la iglesia de la Corticela. La palabra "corticela" viene de "curtis", terreno cercado por una muralla. Se situó cerca del sepulcro de Santiago y fue atendido por los monjes que residían en Pinario. De ellos dependió hasta el siglo XV. En el año 997 fue destruida por Almanzor en su expedición de castigo contra Compostela por la negativa del Rey Leonés Bermudo II a satisfacer el tributo debido al califato; según la tradición, respetó el sepulcro pero no así las iglesias de Santiago, Antealtares y la Corticela. La que hoy se puede ver es una reconstrucción del siglo XII. En la imagen inferior, recreación de las tres construcciones religiosas antes de la construcción de la catedral. |
En la imagen de abajo, en rosa el templo de Alfonso III levantado sobre el de Alfonso II. En verde, la cabecera de la catedral actual, y en negro, la planta de la construcción románica. En las tres construcciones se respetó siempre la tumba del apóstol como el lugar sobre el que se levantaba la mesa del altar. |