El neoclasicismo tiene su centro en Francia, país que sucede a Italia en la dirección de los movimientos artísticos. El estilo Luis XVI está marcado por una decoración compuesta de temas clásicos y renacentistas tratados con sobriedad. En tiempos de Napoleón el neoclasicismo toma un camino más clasicista. Napoleón precisaba del estilo de los césares, faraones, de los grandes artistas griegos, como expresión de un imperio universal. Sus victorias militares contribuyen al progreso del neoclasicismo. Surge el Estilo Imperio. La Iglesia de la Magdalena, de Bartolomé Vignon (1762-1846), es representativa del deseo de emular al arte clásico. Había sido comenzada bajo Luis XVI y, todavía sin terminar, se convierte, por orden de Napoleón, en un templo dedicado a la Fama. El interior es de cruz latina con cúpula; exteriormente tiene frontón y pórticos de columnas en todos sus frentes, como un templo períptero. Surge así un templo corintio grecorromano hecho a escala grande, es decir, un templo cristiano, habitable. Soufflot (1757-1792), formado en Roma, recibe el encargo de construir la iglesia de Sainte-Geneviève en París. Después de su muerte se continúan las obras, eliminando los campaniles, con lo que pierde el aspecto religioso que tenía. Tras la Revolución Francesa, la Asamblea Legislativa la proclamó santuario laico de la Nación. En 1791 la iglesia fue convertida en panteón nacional para los héroes del pueblo. Se levantan varios arcos de triunfo. Chalgrin realiza el Arco del Triunfo de París, el mayor del mundo, de un solo vano. Sirve de centro a uno de los mayores trazados radiales del urbanismo mundial. Este arco iba bien al sueño de Napoleón de imaginarse a París como la capital de Europa. O también se erigen columnas a lo romano (Plaza Vendôme de Paris, con la columna levantada por Napoleón en honor de la Armada).
|
|
|
La patria de Winckelmann se une decididamente a la causa neoclásica. Langhans (1733-1808) es autor de la Puerta de Brandeburgo (Berlín), monumento de lo más representativo. Con su severa columnata dórica evoca los Propileos atenienses. En la
Gliptoteca (museo de piedras duras y preciosas, cuños y sellos),
obra de Klenze (1784-1846),
vemos un cuerpo octóstilo incrustado en un edificio sin vanos, aunque
adornado a la romana con estatuas dentro de nichos. Surgen los Museos
públicos. Y así esta gliptoteca ofrece los muros ciegos en razón del
destino del edificio, que se alumbra con la luz cenital que entra por
los lucernarios. En Munich completa los
propileos, una puerta de entrada,
obra realizada en estilo dórico. Recuerda la monumental entrada de los
Propileos de la Acrópolis de Atenas. |
|
|
El neoclasicismo tiene que vencer una fuerte resistencia debido al peso del barroco. Pero desde mediados del XVIII la labor de las Academias, las directrices y los programas artísticos acabarán imponiéndose. Estas Academias (en 1752 se crea la Academia de Bellas Artes de San Fernando) significan la muerte de las escuelas locales. El Estado se hace cargo de la enseñanza de las Bellas Artes. Hay una centralización del arte. Los artistas ganan en conocimientos técnicos, pero pierden individualidad. La Academia de Arquitectura fue la que mejores productos consiguió. La historia del neoclasicismo español empieza con Ventura Rodríguez (1717-1785), arquitecto entroncado con el barroco, y que aunque se presenta como un clasicista consumado, en sus obras afloran frecuentes influencias del barroco italiano que aprende directamente con Juvara, Sacchetti y Bonavia. En la fachada de la Catedral de Pamplona predomina claramente el clasicismo, salvo en la estructura de los campanarios. Con la llegada de Sabatini, que viene de Italia con Carlos III, decrece su influjo. Carlos III manda a Sabatini (1722-1797) levantar la Puerta de Alcalá. Obra de cinco vanos, los tres centrales se cierran con arco y los otros laterales son adintelados. La fachada exterior presenta diez columnas jónicas, mientras en la cara interior tiene pilastras, excepto en el arco central. Rematada con una cornisa, sobre al arco central se levanta un frontispicio. Es uno de los motivos más típicos de Madrid y constituye una de las mejores perspectivas gracias al urbanismo. La puerta estaba incluida en la muralla de la ciudad. El más grande arquitecto
es Juan de Villanueva(1739-1811). Su formación la realiza la
Academia de San Fernando; obtiene una beca para ampliar estudios en
Roma. Es nombrado arquitecto del monasterio
de El Escorial. Y en razón de este cargo, proyecta en 1773, la Casita de
Arriba y la
Casita de Abajo para los hijos de Carlos III, como marco
adecuado para celebrar reuniones tras la jornada de caza.
En 1784 edifica para el futuro Carlos IV la Casita del Príncipe, en el
Pardo. |
|
|