En el siglo XIX, junto con otros estilos revival apareció el neomudéjar.
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Se llama también "románico de ladrillo",
pues aunque los planes son románicos se utiliza este material, constante
y característico de lo mudéjar. También se emplea en edificios de menor
importancia el barro prensado entre ladrillo y ladrillo. Con el ladrillo
y la argamasa se consigue un efecto bícromo, luego enriquecido con el
empleo del mampuesto. |
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En el palacio de Tordesillas, hoy convento de las
Clarisas, vemos un pequeño patio con arcos de herradura y polilobulados. La
armadura de la capilla mayor tiene sobre el arrocabe, decorado con pinturas de
Nicolás Francés, una cornisa de mocárabes. Es una armadura del tipo limas o
faldones, con la pieza horizontal o almizate poblada de lacerías, que semejan un
claro cielo estrellado. Es una de las obras más hermosas de este arte. |
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4.- Las sinagogas judías Sabido es el papel importante que durante al Edad Media desempeñan los judíos en España. Cinco sinagogas judías llegó a tener Toledo en el XIV. Carentes de arte propio, se sirven de lo musulmán, con los que tienen de común su carácter antiicónico. Las partes de las sinagogas suelen ser comunes: un patio, del que se pasa a la sala de oración, que suele tener forma rectangular. El lado que da al oriente presenta un hueco en la pared (arón), que contiene los rollos de las Sagradas Escrituras, custodiados en una arqueta. Esta pequeña pieza, que guarda relación con el mihrab, se acostumbra a cubrir con un cortinaje. En un lugar no preciso se levanta una tribunilla o bima en la que se sitúa el lector de la escritura sagrada. Como en Bizancio, hay separación de sexos. Las mujeres se establecen en una tribuna que asoma a la sala por unas ventanas. Las paredes se cubren con inscripciones hebraicas, imitando lo musulmán. En Toledo se conservan dos notables sinagogas. La de
Santa María la Blanca se construye en el XIII.
Consta de cinco naves, pero escalonadas, como en los templos cristianos, de
forma que tales desniveles permiten abrir los huecos para la iluminación. Los
apoyos son de tipo poligonal, quizás imitando formas de la arquitectura
cristiana. Domina el influjo almohade. De ahí esos capiteles con decoración de
piñas, y, sobre todo, los simples polígonos que adornan las paredes. |
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5.- A partir del XVI Al llegar el XVI el mudejarismo retrocede ante el empuje del Renacimiento.
Podríamos traer a colación el poco afortunado denominado "estilo Cisneros". En el siglo XIX, junto con otros estilos revival apareció el neomudéjar. |
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