ARTE VISIGODO

 

San Pedro de la Nave. Zamora

1.- Introducción

2.- Arquitectura

3.- Escultura

4.- Pintura

5.- Orfebrería

6.- Salir

 

Critpa de San Antolín. Catedral de Palencia.

 


1.- Introducción

Marco geográfico y cronológico

Los romanos llamaron bárbaros a los pueblos que vivían fuera de las fronteras del Imperio. Los más importantes eran los germanos, pueblos indoeuropeos situados más allá de las fronteras del Rhin y del Danubio. Constituían muchos pueblos aislados, divididos en dos grandes ramas: 1) Godos (visigodos y ostrogodos) y 2) teutones (vándalos, borgoñones, francos, suevos, lombardos, etc.).

Las invasiones de estos pueblos acabarán con el Imperio romano. Los germanos habían mantenido relaciones con el Imperio Romano, en especial a partir del siglo II. A través de una penetración pacífica, el imperio fue germanizándose; muchos germanos fueron enrolados en las legiones, y bajo Constantino, llegaron a formar el grueso de los ejércitos imperiales. Hubo también otros muchos que se establecieron dentro de las fronteras, como colonos de las tierras abandonadas por la población romana que acudía a vivir en las ciudades.

Un segundo momento en el proceso lo constituye la irrupción violenta. Empujados por los hunos, que se habían desplazado desde Asia, los vándalos, suevos, y alanos, cruzaron el Rhin (406) y se extendieron por las Galias.

Los bárbaros formaron diversos reinos al establecerse en las antiguas provincias del Imperio. En Italia, los ostrogodos fundan un poder efímero con Teodorico. En las Galias, los francos logran el dominio pleno con Clodoveo. Los visigodos, cuando los francos les vencen en Vouillé en el 509 y los expulsan de las Galias, se establecen en Hispania y fijan su capital en Toledo.

Bajo la tradicional denominación de arte prerrománico se engloban todas aquellas manifestaciones artísticas que tuvieron lugar entre la caída del Imperio Romano de Occidente (siglo V) y la aparición del "primer estilo internacional" de Europa (arte románico, siglo XI). Comprende los siguientes estilos artísticos.

España Francia Italia
Visigodo (VI, VII) Merovingio (VI-VIII) Ostrogodo (VI)
Asturiano (IX) Carolingio (IX)  
Mozárabe (X) Otoniano (X)  

La civilización medieval fue fruto de la fusión de tres factores: a) la unidad cristiana, que hace de los pueblos occidentales una comunidad internacional, en sustitución de la unidad política romana. b) Influencia germánica, con la aparición de las nuevas formas de vida aportadas por los pueblos bárbaros. c) La herencia de la cultura clásica, que la Iglesia sabrá conservar, desligando el espíritu pagano, al que sucede un espíritu cristiano.
 

 

 

 

 

 

 

Fíbula aquiliforme

 


2.- Arquitectura

Los visigodos, tal vez el pueblo germano más romanizado, tienen una colaboración intensa con los romanos. Tras asentarse en la Galia y establecer la capital en Tolosa, son expulsados por los francos tras la batalla de Vouillé (509) y pasan definitivamente a la península ibérica. A principios del VI hacen de Toledo la capital del reino. Consiguen su mayor extensión con Leovigildo (573-586). Parece que no pasaron de 200.000 los visigodos asentados en la tierra hispana. La población hispanorromana no ofreció resistencia a la ocupación, no sólo por el estado de ruralización existente que impedía toda organización política, sino también por considerar que la ocupación visigoda suponía una continuidad del estatus romano, una vez desaparecido el Imperio.
La arquitectura visigoda ofrece un gran interés. Es una población poco numerosa. Apenas necesita para sus necesidades nuevos monumentos. Además, respetan la civilización romana, por la que se sienten admirados. Hay, por tanto, una pervivencia del arte hispano-romano durante la dominación visigoda. Ello no es obstáculo para que la arquitectura visigoda presente una cierta originalidad; con esquemas constructivos romanos, está influenciada por elementos bizantinos y norteafricanos.

Dos momentos se pueden considerar en la arquitectura visigoda, de acuerdo con la evolución política.
El primero abarca los siglos V y VI, hasta la abjuración de Recaredo en el 587. La falta de unidad política y religiosa impiden hablar de un arte definido; es más bien una continuación del arte hispano-romano.
El segundo período abarca desde la unificación religiosa con Recaredo hasta la invasión árabe (711). A este etapa pertenecen la mayor parte de los edificios conservados.

Como características más notables se podrían señalar: empleo de plantas basilicales o cruciformes; uso de capiteles corintios (con hojas más esquematizadas) y bizantinos (troncocónico invertido, con cimacio); empleo de la piedra, con aparejo bien tallado y escuadrado; los muros son lisos; usan el arco de herradura, peculiar de los visigodos (más tarde lo imitarán los árabes) con función constructiva y no solo decorativa, con un tercio del radio de elevación sobre la línea de impostas y despiece radial de las dovelas; este arco presenta la particularidad de que la línea del trasdós cae vertical sobre el arranque, no siguiendo por tanto la curva de la línea interior; cuando la cubierta es abovedada, se hace bien con bóveda de medio cañón, de aristas o pequeña cúpula de tipo bizantino; se colocan pocos vanos; las ventanas son de un solo hueco.

* Al primer momento se deben los capiteles utilizados más tarde por los musulmanes en la mezquita de Córdoba.

* El segundo momento (587-711) comprende la mayoría de los monumentos.

San Juan de los Baños (Palencia) fue fundada por Recesvinto en el 661. Tiene tres naves con cubierta de madera y tres ábsides rectangulares separados. Aunque ha sufrido importantes alteraciones, conocemos perfectamente su planta. Los fustes de las columnas y algún capitel, del romano tardía, han sido reaprovechados.

Santa Comba de Bande (Orense) tiene planta de cruz griega, con bóveda de arista en la linterna. El tramo de la nave está cubierto con bóveda de cañón de ladrillo.

San Pedro de la Nave (Zamora) presenta la síntesis de un plan de cruz griega y otro basilical. La decoración de este templo es más rica que la de los anteriores. Hoy está desplazada de su primitivo lugar que ocupa un pantano, pero el buen ajuste de los sillares determinó un traslado y emplazamiento fácil.

De la Iglesia de Quintanilla de las Viñas (Burgos) sólo se conserva la cabecera, aunque sabemos que tenía planta basilical. Es notable sobre todo por sus bandas decorativas en el exterior.

Santa Lucía del Trampal, en Alcuescar (Cáceres) parece que
fue construida a mediados del siglo VII. Es la única basílica de este tipo que se conserva en píe de toda la zona sur. Es posible que su construcción se realizara sobre algún otro templo pagano de origen romano, o aprovechando los sillares de granito de alguno desmantelado no muy lejos de allí. De hecho, la basílica está construida en su totalidad con sillares reutilizados pertenecientes a algún edificio mucho más antiguo.

La iglesia de Santa María de Melque (Toledo) es el edificio mejor conservado de lo que fue un amplio conjunto monástico construido en los siglos VII-VIII, en el territorio de la ciudad de Toledo, la antigua capital del reino visigodo. Su aparejo y su técnica constructiva son una clara herencia de la tradición arquitectónica tardorromana. Sin embargo su planta y algunos de los escasos elementos decorativos que aún se conservan en el propio monumento, hay que vincularlos con algunos ejemplos conocidos en el mundo oriental.

 

 

 

 

 

San Juan de Baños. Celosía.

 

 

San Pedro de la Nave


 


3.- Escultura

Si todavía la arquitectura se mantiene a un cierto nivel artístico elevado, la escultura se nos muestra en su fase de decadencia. El arte escultórico visigodo es de tradición totalmente hispanorromano, pero se va a distinguir de él: no es sin más una continuación de lo paleocristiano; presenta suficiente definición con respecto a él y el cambio que se opera es algo brusco.
De hecho, la invasión visigoda crea circunstancias poco propicias para hacer arte. No hay empresas oficiales, con lo que el concepto romano cambia. Las técnicas se van degenerando y el proceso de descomposición se acelera. La escultura sufre un impacto indirecto a consecuencia del cese de otras actividades artísticas. El afán ornamental que se pierde con el mosaico se va a llenar con la escultura ornamental bárbara. La escultura deja de ser medio de figuración con el volumen para pasar a ser dibujística. Se da una trasposición de técnicas pictóricas a un lenguaje de escaso relieve: el bisel y la cubeta o reserva para el fondo.
Se conservan elementos arquitectónicos de Emérita de la segunda mitad del VI. Estas pilastras o canceles caracterizan a esta escuela como clasicista dentro del visigodo y comparándolo con lo posterior. Se tiende a suprimir los valores naturalistas para pasar a valores simbólicos. Hay una implantación progresiva de una talla de tipo elemental (bisel y cubeta), técnica que no aparece desde el principio con la misma fuerza. El clasicismo de Emérita se debe a que la técnica de bisel está aun poco desarrollada: uvas y tallos redondeados. El bisel entra en el acanto del capitel. Con el tiempo se va a pasar de un capitel vegetal a unas simples arcuaciones: este cambio de contenido de las formas es fenómeno propio de mentalidades primitivas. La decoración animalística llega al visigodo de fuentes ravenesas, como se puede ver en el cancel de Emérita. Los arcos alojan una venera ravenesa: los temas vegetales y animales nos llevan a los púlpitos raveneses de fines del VI. Otra fuente de la animalística visigoda es de origen oriental, anterior a lo bizantino, promovido por los sasánidas y que Bizancio transmite a Europa.

En Toledo confluyen ambas aportaciones, la ravenesa y la oriental, y se las da un sello unitario, de arte cortesano, oficial.

La pilastra de San Salvador es de la primera mitad del VII. Tiene tres caras de decoración vegetal o simbólica, como en Emérita, y la cuarta con figuración humana. La basa y el capitel están tallados en el mismo bloque. La novedad está en la aparición de la figura humana, pues plantea una triple ruptura con lo paleocristiano: funcional, iconográfica y estilística.

En la segunda mitad del VII tenemos dos buenos modelos oficiales.

En San Pedro de la Nave. El ciclo escultórico se encuentra en el interior, pero sin relación con la arquitectura, y en lugares significativos. Hay capiteles con decoración vegetal y dos capiteles iconográficos, con temas ya vistos en el paleocristiano. Pero no se imita el contenido: antes era sobre todo soteriológico, de alianza, de salvación. Ahora interesa el carácter sacrificial de la escena, como prefiguración del sacrificio de Cristo. Así, en la Sacrificio de Isaac, se pone el énfasis en el carnero, en el altar (altar cristiano y no ara), en el arbusto (cruz), en la colocación (cerca del santuario). Es más difícil dar contenido sacrificial al capitel de Daniel en el foso de los leones, pero hay textos que hablan de Daniel como prefiguración del mártir.
Hay un enorme parecido entre los temas de San Pedro de la Nave y los tratados en las miniaturas mozárabes. Las mismas inscripciones que aparecen en los capiteles nos pueden indicar este origen en la miniatura: convivencia de texto e imagen, lógico en la miniatura. La forma de empezar la frase del capitel: "Ubi Daniel..." es la propia del comienzo de las incapitulaciones. ¿Puede la escultura del VII copiar de las miniaturas del X? ¿quién copia de quién?. Es mejor pensar que hay un campo de miniatura visigoda perdida, que debemos reconstruir, de la que saldría la escultura y miniatura mozárabe. El estilo de San Pedro procede también de la miniatura: el tipo de plegado, el carácter plano del relieve, la mala interpretación de los leones bebiendo agua del foso en vez de lamer los pies del profeta.

En Quintanilla de las Viñas surgen unas bandas al exterior (en el interior ya se ven en San Pedro de la Nave), con resurgencias indígenas y motivos quizás de aportación bárbara. El hecho de salir al exterior nos indica un momento de inventiva y de expansión truncado por la invasión árabe. Surge una temática vegetal, con animales en círculos, animales híbridos o tratados muy fantásticamente, adornos de tipo abstracto. En el interior aparecen el Sol y la Luna, pudiendo estar en relación con Cristo y María. Aparece también la figura de Cristo, con la cruz, tal vez glorificación de Cristo. El esquema compositivo de estos relieves es pobre, igual para todos, y de origen clásico: la imago clipeata (en Roma el clípeo lo llevan victorias o niños).  El estilo es más sumario que el de San Pedro, los pliegues más rígidos, incluso perdiendo el sentido de la lógica. Estas estrías que semejan los pliegues tal vez estén en relación con la tradición germana del repujado metálico.
 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Relieve de Quintanilla de las Viñas (Burgos)

 

4.- Pintura

La    ilustración de textos con representación de la figura humana debió de practicarse en España durante la época visigótica, continuando una tradición de origen norteafricano, que se hará presente después en la miniatura mozárabe. Schlunck ha establecido un paralelismo entre la estilística y los temas de la escultura visigótica en las representaciones pictóricas de los manuscritos de los siglos X y XI. La falta de manuscritos artísticos auténticamente comprobados no implica la ausencia de una escuela de miniatura visigoda, que cabe suponer excelente, si, como es muy probable, puede asignársele el códice llamado "Pentateuco Ashburnham" que guarda la Biblioteca Nacional de París. Este códice ha sido objeto de profundos estudios desde el punto de vista paleográfico y artístico, y su atribución a la España visigoda ha contado con apoyos importantes.
Este libro, con ilustraciones que ocupan toda la página, ha llegado hasta hoy muy mutilado, pues se reduce sólo a 142 folios y a 19 grandes folios con miniaturas. Sin embargo, por su antigüedad e interés artístico es uno de los manuscritos más preciosos de Occidente. El considerarla como una obra visigoda tiene sus argumentos a favor pero también en contra. Para algunos estaría realizado en el escritorio que San Isidoro tenía en Sevilla, pero también podría venir de un escritorio del norte de África. ¿Será este estilo de iluminación de códices el que reaparecerá con gran brillantez en el período mozárabe y el revela lo que debió ser la pintura monumental de la época visigoda?
 

Imágenes del Pentateuco


 


5.- Orfebrería

En las joyas visigodas se dan dos efectos: riqueza, más aparente que real, debido al empleo de delgadas láminas de oro, con adornos de motivos repujados, grabados o calados; policromía, obtenida por la profusión de piedras preciosas y vidrios de colores ordenadamente colocados. 

En el interior de una iglesia cercana a Guarrazar (Toledo) se descubrió en 1859, un tesoro. La parte fundamental del mismo son las coronas votivas; entre ellas destacan dos por su riqueza, la de Recesvinto, y la de Suintila) junto con las cruces que colgaban de ellas.

La corona votiva de Recesvinto es la obra más espléndida y también proviene de Guarrazar.

Capítulo interesante lo constituye la serie de fíbulas esmaltadas.
 

 Cruz procedente del tesoro de Guarrazar (Toledo)